Proyectada a mediados del siglo XVI en sustitución de un templo anterior que había sido destruido por un terremoto, la catedral de la Encarnación de Almería presenta aspecto de fortaleza. La razón detrás de esta decisión era la de proteger al edificio de los ataques de piratas, habituales en la época. Presumiblemente, su diseño fue obra de Diego de Siloé, que lo basó en las directrices del gótico tardío combinadas con otras ya puramente renacentistas. Más adelante le fueron incorporados elementos barrocos y neoclásicos. Consta de tres naves de escasa altura y reforzadas con contrafuertes con el fin de aumentar su protección contra posibles ataques de artillería. Sobre el crucero se sitúa una linterna renacentista realizada por Juan de Orea, que fue también el autor de la portada principal. El claustro es neoclásico y fue obra de Ventura Rodríguez en el siglo XVIII. El resultado es una edificación que presenta una imagen poco usual, única en España.