Fortificada a comienzos del siglo XII, la población bávara de Dinkelsbühl fue reconocida como ciudad ya a mediados del siglo XIV. Presume por consiguiente de una larga historia, que incluye episodios como un gobierno de unidad entre católicos y protestantes durante más de dos siglos o el hecho de caer bajo dominación sueca durante la Guerra de los Treinta Años. En la actualidad, Dinkelsbühl es una pequeña y tranquila localidad que ofrece numerosas trazas de su histórico pasado. Entre ellas, destacan la muralla medieval, en excelente estado de conservación, puertas como la de Wörnitz o la de Rothenburg y numerosos ejemplos de arquitectura popular que se concentran especialmente alrededor de la Plaza del Mercado y en calles como Segringen o Nördlingen.