Longmen (por Jorge Sánchez)
Mi tren llegó de madrugada a Luoyang. Mi objetivo era visitar las famosas cuevas budistas para así completar la serie, que incluye las de Mogao (en Gansu) y las de Yungang (en Shanxi), a las que yo también incluiría las de Bezeklik (en Xinjiang) y las de Dazu (en Chongqing).
Abordé un autobús y me bajé junto a las grutas, a ambas orillas del río Yi. Cuando uno sube a un autobús frente a la estación de tren, todos, conductor y pasajeros chinos, adivinan que uno se dirige a las cuevas de Luoyang y te avisan cuando llegas a la parada. Los chinos son encantadores. La primera impresión en la entrada al sitio fue negativa. Allí, junto al kiosco que vendía los billetes de acceso al sitio, había vendedores ofreciendo posters y figuras de líderes comunistas que han sido responsables de la muerte de muchos miles, y hasta millones de seres humanos, como Pol Pot, Stalin, Mao Zedong, e incluso del sádico argentino Che Guevara, que disfrutaba presenciando las ejecuciones de cubanos mientras se fumaba un puro habano.
Curiosamente, las estatuas que solían comprar los visitantes a Luoyang, eran de esos seres funestos que tanto daño han hecho a la Humanidad, mientras que las estatuas de Buda, Bodhidharma, o de sabios chinos, no tenían éxito y apenas se vendían, pues el vendedor las tenía arrinconadas en un sitio oscuro de su negocio. Durante unas cuatro horas contemplé las estatuas de las cuevas una a una, y hasta unos letreros donde se agradecía a los monjes budistas indios su llegada a Luoyang, entre ellos el gran Bodhidharma, el fundador del celebérrimo monasterio de Shaolin. También vi letreros con remedios caseros para curarse de enfermedades.
Existen más de 2.000 grutas, pero las accesibles para los turistas no deberían sobrepasar las 40. Leí que el total de estatuas budistas que albergan esas más de 2000 grutas, supera las 100.000. También hay pagodas y estelas. Entre las cuevas de las dos orillas del río Yi, hay un puente. La cueva más impresionante es la llamada Fengxian, o la gruta de la Adoración de los Antepasados. Los bajorrelieves son otra de las maravillas que ofrecen estas grutas.