La zona meridional del interior de la isla de Sri Lanka está formada por una sucesión de áreas montañosas que en algunos puntos llegan a alcanzar los dos mil quinientos metros de altura. Existen en ella diversas zonas protegidas, algunas de las cuales están declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. Por encima de los mil doscientos metros se encuentran numerosos bosques lluviosos que constituyen un punto caliente por su extraordinaria biodiversidad y abundancia de endemismos. Entre otros lugares interesantes para el viajero hay que mencionar diversas cascadas como la de Ramboda, que con sus más de cien metros de caída es una de las más atractivas del país.