Coinciden los historiadores en que la actual ciudad de Murcia tuvo sus orígenes en un asentamiento construido por encargo del califa Abderramán II en la orilla izquierda del río Segura durante la primera mitad del siglo IX. Ya en el siglo XI, tras la desaparición del califato de Córdoba, Mursiya se convirtió en cabeza de una taifa, que devino en un segundo reino de taifas a mediados del siglo XII. Fue ése un periodo de gran esplendor para la población, gobernada con mano de hierro por el astuto ibn Mardanis. En esa época se construyó la muralla que rodeaba la localidad, situada entre las actuales plaza del Cardenal Belluga y plaza de Santo Domingo y que delimita el casco antiguo murciano. Presenta éste un trazado abigarrado coincidente con la antigua medina y, a pesar de las malas prácticas constructivas realizadas durante las últimas décadas, todavía todavía mantiene un aceptable estado de conservación. Entre los puntos de interés de Murcia sobresale la extraordinaria catedral, en la que destacan la fachada-retablo, la torre campanario y la capilla de los Vélez. Hay que mencionar también el vecino Palacio Episcopal; las iglesias de Santo Domingo, San Miguel, Santa Eulalia, San Esteban, San Nicolás de Bari y Santiago; los conventos de la Merced, las Claras y Verónicas; buenos ejemplos de arquitectura civil como el Palacio Almudí, el Palacio Almodóvar, el Edificio Museo Salzillo, el extraordinario Casino, el Teatro Romea, el atractivo Hospital de Convalecencia, el cuartel de Artillería, la estación de Zaraíche, la Casa de los Nueve Pisos, la Casa Díaz Cassou y el mercado de Verónicas; plazas como la glorieta de España y la Plaza Circular, además de las mencionadas; jardines como el jardín de Floridablanca y el jardín del Malecón, adosado éste al denominado Paseo del Malecón; árboles singulares como el ficus de Santo Domingo o el ombú de San Bartolomé; puentes como el puente de los Peligros, el puente de Hierro, el puente de Vistabella o la pasarela del Malecón; y museos como el Museo Salzillo, el Museo Arqueológico, el Museo de Bellas Artes, el Parque Escultórico Antonio Campillo o el conjunto de arte urbano extendido por la ciudad, con obras tan icónicas como Retrato de Dalí. Festejos populares como las Fiestas de Primavera, donde sobresalen el Bando de la Huerta, la Batalla de las Flores y el Entierro de la Sardina; su afamada Semana Santa, con las procesiones del Viernes de Dolores, Sábado de Pasión, Domingo de Ramos, Lunes Santo, Martes Santo, Miércoles Santo, Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección; manifestaciones culturales como la Ruta de los Belenes, el toque manual de campanas, la jota e incluso el flamenco; y una cuidada gastronomía, basada en la dieta mediterránea y donde destacan platos como el cocido murciano y el arroz caldero, completan un panorama cultural de primer orden.
