De traza renacentista, la Plaza Mayor de Sigüenza fue mandada construir a finales del siglo XV por el Cardenal Mendoza, obispo seguntino a la sazón. Aprovechó para ello la existencia en ese lugar de la catedral de Santa María, que pasó a ocupar uno de los laterales de aquella. Su propósito inicial era el de servir de escenario para la celebración del mercado local y, con el fin de facilitar el acceso de los fieles al templo catedralicio, se construyó en éste una puerta a la que aún hoy se denomina puerta del mercado. Tiene forma rectangular, está porticada en uno de sus lados mayores y los dos restantes se dedican a residencias de la nobleza. Como curiosidad, afirman los locales que a unos visitantes estadounidenses les gustó tanto la plaza que intentaron comprarla con el fin de llevársela a su país.