Aunque la zona del Bierzo donde se asienta ha estado poblada desde antiguo, el origen de Villafranca parece ser que estuvo relacionado con un monasterio del Cluny. Quedó constituido éste en la segunda mitad del siglo XI y a partir de él la población fue tomando forma. Más adelante le fue otorgado el título de Señorío, hasta que los Reyes Católicos la convirtieron en Marquesado a finales del siglo XV. En la actualidad, mantiene interesantes muestras de arquitectura popular y entre sus construcciones destacan la colegiata de Santa María de Cluny, único resto de la abadía que dio origen a la villa y ahora denominada iglesia de la Asunción, y el castillo-palacio de los Marqueses de Villafranca.