Fundada bajo el nombre de Arausio por los integrantes de la legión romana denominada Legio II Gallica, la actual Orange es una localidad de tamaño medio que forma parte del departamento francés de Vaucluse. Alcanzó cierta relevancia tras su creación, aunque paulatinamente la fue perdiendo tras ser arrasada por los visigodos. En época medieval fue establecido el Principado de Orange, que más adelante dio lugar a la Casa de Orange-Nassau, dinastía que desde comienzos del siglo XIX detenta el título de monarca en los Países Bajos. Pasó a formar parte de Francia desde el Tratado de Utrecht, firmado en 1713. Destaca especialmente por los restos romanos que conserva, entre los que sobresalen el magnífico teatro, uno de los que en mejor estado ha llegado hasta nuestros días, y un espectacular arco de triunfo de triple vano. Ambos, junto con los vestigios hallados en los alrededores del primero, fueron declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1981.