Se cumple ahora un año desde que decidí retomar la escritura de este blog, tras un paréntesis de bastantes meses de reflexión cuando puse punto final al original. No recuerdo muy bien cuál fue el motivo inicial que me llevó a contar los múltiples sentimientos que he tenido viajando, pues jamás hasta entonces había escrito ni una sola línea sobre ello ni casi sobre ninguna otra cosa. Pero fuera cual fuese la causa, tanto la experiencia que tuve con la primera versión de este blog como con la actual han sido bastante positivas debido a diferentes razones que intento detallar a continuación.

A lo largo de este año he publicado más de doscientas treinta historias, entre relatos de viaje, diferentes listas de mis lugares favoritos, entrevistas a viajeros y otro tipo de escritos que no entran en los apartados anteriores. Todo ello ha ido acompañado por un número de imágenes que superan con amplitud el millar. Es evidente que la calidad de la mayor parte de ellas no es buena, la fotografía nunca ha sido lo mío y tampoco dispongo de buen material. Pido disculpas por ello pero para mí lo fundamental es lo vivido, las imágenes tienen un importante papel como soporte de la historia pero lo vital en los relatos de viaje debería ser contar lo que se siente al alcanzar ese objetivo tanto tiempo deseado. Precisamente eso es lo que intento transmitir aquí, aunque la experiencia me demuestra que muy posiblemente esté equivocado.

Como era de esperar, esta web ha sido bien recibida en algunos casos y en muchos otros no tanto. A lo largo de este año he sido acusado de malas prácticas, especialmente de ser un envidioso y de ejercer el plagio. La primera de estas acusaciones vino por parte de alguien que ve en peligro su estatus de viajar gratis porque prácticamente no tiene otra opción de hacerlo. La segunda de una persona a quien le gustaría alcanzar ese estatus y no lo ve factible. Tanto una como el otro son incapaces de admitir que haya alguien que practique la honestidad tanto en el ejercicio de viajar como en el posterior de contarlo y eso les molesta. Tendría todo el derecho de ejercer acciones legales contra quienes tan falsamente me acusan, pero me conformo con mi derecho a la carcajada ante tanta estupidez conjunta por parte de quienes se creen grandes viajeros y no pasan de aspirantes a blogtriperos.

Porque este ámbito de los juntaletras que cuentan sus viajes en España ha sufrido un cambio brutal desde que yo empezara a hacerlo allá por 2007. Entonces éramos pocos y bien avenidos, la mayoría solidarios y sin ningún tipo de complejos ni pretensiones de vivir de esto. Todo cambió cuando llegaron algunos que decidieron que, sí o sí, iban a viajar e incluso a vivir a costa de prostituir sus vivencias vendiéndolas con todo tipo de añadidos al mejor postor. Desde entonces, una brecha que va abriéndose cada vez más separa a quienes intentamos contar nuestras experiencias viajeras sin pedir nada a cambio de quienes tienen pose de estrellas y pretenden convertirse en messi de los viajes. Aunque esos cristiano ronaldo, o paco nadal en este mundillo, resultan tan previsibles y aburridos que deberían plantearse si la vida que llevan en realidad merece la pena y si el modo en que influyen a sus acólitos no es en cierto punto inmoral.

Desconozco el futuro de este blog. Cuando empecé no hubiera imaginado ni por asomo que llegaría a cumplir su primer aniversario y lo va a hacer mañana. Por una parte siento que en mi cabeza aún hay vivencias suficientes para continuar escribiendo, por otra creo que en el fondo no merece la pena. Aunque mi pretensión principal y casi única siempre ha sido la de que este espacio me sirviera como autoterapia, especialmente cuando no estoy viajando, también estoy enormemente agradecido a todos los que en algún momento u otro han leído alguno de mis relatos. Y en especial a esos que habéis dejado alguna huella en forma de comentarios y a quienes habéis colaborado de una manera u otra a hacer que todo esto siga adelante. Bienvenidos pues a este nuevo año de viajes y sentimientos cuyo pistoletazo de salida está a punto de darse.