Enclavadas en plena llanura manchega, entre los municipios de Daimiel y Villarrubia de los Ojos y justo en el punto de confluencia del río Guadiana con su afluente el río Cigüela, las Tablas de Daimiel constituyen un ecosistema único. Se conocen como tablas fluviales a lagos de pequeño tamaño que se forman a partir del desbordamiento de un río, ayudados por una cierta impermeabilidad del terreno. En este caso concreto, la mezcla del agua dulce del Guadiana con la salobre del Cigüela favorece una flora donde abundan los carrizales y la vegetación palustre, que sirve de refugio a diversas especies animales entre las que destacan aves acuáticas tan emblemáticas como el pato colorado o la garza real.