Cotizado destino vacacional tanto para los ciudadanos búlgaros como para los residentes en el este de Rumanía, Balchik fue fundada en el siglo VII a.C. como un asentamiento jónico llamado Krunoi. Tras la aparición de una estatua del dios Dioniso en el lugar, comenzó a ser conocida como Dionisópolis. En tiempos del Imperio otomano, la localidad comenzó a ganar relevancia y su población comenzó a crecer. Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial perteneció a Rumanía y el palacio de Balchik se convirtió en la residencia de vacaciones favorita de la realeza local. Tras ser devuelta a Bulgaria después del Tratado de Craiova, se produjo un intercambio étnico entre ambos países. Durante el periodo de influencia rumano, numerosos artistas se asentaron en la villa y lujosas residencias como Villa Storck y Villa Sanda fueron construidas. En la actualidad, Balchik cuenta con una población de unos doce mil habitantes y sigue recibiendo numerosos visitantes de ambos lados de la frontera.