Crédito: Michela Simoncini
Dividida por el famoso muro entre 1961 y 1989, Berlín es la capital de las diferentes versiones de la actual Alemania desde comienzos del siglo XVIII. Considerada un importante centro cultural y artístico, su centro histórico se encuentra situado a orillas del río Spree, que confluye con el río Havel también dentro de la ciudad. Durante el periodo comprendido entre ambas guerras mundiales, la ciudad vivió una época de progreso social que llevó a la construcción de diversos bloques de viviendas de protección oficial, localmente conocidos como Siedlungen. Su edificación fue realizada de acuerdo con los cánones del Movimiento Moderno, también conocido como Racionalismo, que les aportó un diseño innovador y funcional. Famosos arquitectos de la época dejaron su impronta en las obras, distribuidas por varios distritos de la capital germana. Destacan los denominados Hufeisensiedlung, grandiosa construcción en forma de herradura diseñada por Bruno Taut en la segunda mitad de los años treinta del siglo XX, y Weiße Stadt, barrio con viviendas de característico color blanco proyectado por Martin Wagner y Otto Salvisberg a finales de esa misma década. Berlín alberga innumerables museos, varios de ellos como el Museo de Pérgamo, la Antigua Galería Nacional, el Museo Viejo y el Museo Nuevo localizados en la denominada Museumsinsel, o Isla de los Museos. Destaca también la población por sus parques y palacios, entre los que sobresalen el Palacio Glienicke, el parque de Klein-Glienicke y la isla de los Pavos. Actualmente, Berlín cuenta con cerca de cuatro millones de habitantes y está ampliamente reconocida como una de las principales ciudades globales del mundo.
