Centro histórico (Cuenca, Castilla-La Mancha)
Estratégicamente situado sobre un cerro que se eleva a casi mil metros de altitud, el casco antiguo de Cuenca domina la confluencia de los ríos Júcar y Huécar, que unen sus aguas justo a sus pies. La fecha exacta de fundación de la ciudad es desconocida, aunque se tienen evidencias de su existencia ya a finales del siglo VIII. Tras su conquista por Alfonso VIII en el siglo XII, la población se dividió en tres barrios diferentes de acuerdo a sus creencias religiosas. A este monarca está precisamente dedicada la calle que constituye la principal vía de acceso al centro histórico, bordeada por viviendas de vivos colores. Desde ella se llega a la Plaza Mayor, donde se encuentran algunas de las construcciones más emblemáticas, como el Ayuntamiento o la catedral. A partir de aquí se extiende un amplio conjunto monumental, bien representado tanto por edificaciones religiosas, entre las que destacan diversas iglesias y conventos de los siglos XIII al XVIII, como civiles, entre las que hay que mencionar las famosas Casas Colgadas, la torre de Mangana y los restos del castillo, localizados en el punto más elevado de la población.