Coqueto palacio construido a caballo entre los siglos XIX y XX, Pelișor está ubicado en el valle de Prahova, en las inmediaciones de la localidad rumana de Sinaia. Su funcionalidad inicial era la de servir como residencia de verano para los herederos al trono de Rumanía, que entonces eran el príncipe Fernando y su consorte, la princesa escocesa María. De las obras se encargó el arquitecto checo Karel Liman y su interior fue decorado por el artista vienés Bernhard Ludwig. Cuenta con un total de noventa y nueve habitaciones dotadas de personalidad propia y, aunque fue originalmente diseñado de acuerdo con los preceptos del art nouveau, muestra también elementos celtas y bizantinos. Tras ser requisado por el infausto gobierno comunista local, reabrió sus puertas como museo tras la caída del régimen. Actualmente es administrado por el gobierno rumano y es visitable por un módico precio.