El término luso portagem se traduce en español como portazgo o peaje, lo que da una idea clara de su significado. La fundación de la aldea homónima tuvo lugar en época medieval y su motivación inicial fue la de cobrar un diezmo a los judíos que huían hacia Portugal tras ser expulsados de España por los Reyes Católicos. Para ello se construyeron una torre y un puente que cruza el río Sever y todavía se mantiene en excelente estado de conservación. La población resultante ha ido desarrollándose en ambas orillas del río y ha sabido mantener su esencia lusitana a pesar de situarse a menos de quince kilómetros de la frontera española. En la actualidad, Portagem es una tranquila localidad de menos de trescientos habitantes que mantiene su aroma fronterizo y es reconocida por la calidad de su oferta gastronómica.