Resguardado de los embates del Mediterráneo, el puerto de Cartagena fue elegido por el cartaginés Asdrúbal en el siglo III a.C. para fundar Qart Hadasht, asentamiento que luego se convertiría en la ciudad homónima. Alcanzó gran relevancia en época romana, cuando se convirtió en uno de los principales puertos mediterráneos debido a su privilegiada ubicación. Más adelante, Miguel de Cervantes se refirió a él en su obra Viaje del Parnaso, haciendo hincapié precisamente en su protección frente a vientos y tempestades. En la actualidad, el puerto de Cartagena es el cuarto de España en volumen de tráfico de mercancías. La llegada de cruceros se ha incrementado exponencialmente en los últimos años, llegando a representar casi la mitad del turismo que visita la atractiva localidad cartagenera.