Entre las aproximadamente mil doscientas poblaciones de todos los tamaños que he visitado a lo largo de mi vida viajera, elegir tan solo quince de ellas resulta una tarea realmente ardua. Incluso cuando las condiciones acordadas en un nuevo reto con Jordi Martínez Baylach limitaban las elegidas a grandes ciudades, me ha resultado sumamente difícil decantarme por las que podéis ver a continuación y dejar fuera a otras como Kioto, Estambul, Moscú o Hanoi. Tal y como suele suceder en estos casos, creo que son todas las que están pero es imposible que estén todas las que son porque la lista se haría interminable.

Sabida es mi afición a las urbes europeas, de Oriente Medio y del Sudeste Asiático, y tan solo con ellas podría reunir al menos una treintena de ciudades que merecen la pena. Pero con el fin de no repetirme demasiado he decidido abrir algo el abanico e incluir ciudades de la mayoría de las zonas geográficas que componen el Planeta Tierra. No están presentes Norteamérica, debido a mi casi total desconocimiento de esta parte del mundo ni Oceanía, donde las escasas grandes ciudades que he visitado no han logrado subyugarme.

Sin más preámbulos, os dejo con mis quince grandes ciudades favoritas. ¿Cuáles son las vuestras?

Jerusalén: Si hay una población única e irrepetible en el mundo, en mi opinión no puede ser otra que Jerusalén. Su importancia vital para los tres grandes credos monoteístas queda reflejado en lugares como la Cúpula de la Roca, el Muro de las Lamentaciones o la Iglesia del Santo Sepulcro, fundamentales para sus fieles. Lamentablemente, la idea de que esa paz que tanto predican estas religiones se lleve a la práctica parece cada vez más una quimera y el futuro de esta ciudad santa es cada vez más incierto.

Praga: No albergo duda alguna al afirmar que Praga es la ciudad más hermosa que jamás vieron mis ojos. A pesar del turismo de masas que la invade y que ha arrasado el ambiente bohemio que solían presentar sus calles no hace tantos años, la capital checa ha sabido conservar su idiosincrasia tal y como demuestran monumentos como el puente de Carlos o barrios tan peculiares como el fantástico Malá Strana. Un lugar que hay que visitar antes de morir.

San Juan de Puerto Rico: A pesar de que hay otras mucho más famosas, particularmente considero a San Juan la ciudad colonial más interesante que he visitado. Su casco antiguo está situado en la isla conocida como Isleta de San Juan, caracterizada por sus edificios históricos que se remontan a los siglos XVI y XVII. Alberga además numerosas estructuras defensivas que incluyen poderosas murallas y los dos fuertes más grandes que construyeron los españoles en América, el de San Felipe del Morro y el de San Cristóbal.

El Cairo: Ciudad caótica donde las haya, El Cairo resulta fundamental para entender grandes civilizaciones como la egipcia y la islámica, además de la cristiana aún presente en esta población inmensa. Fundamentalmente visitada por las famosas pirámides de Giza, no deben dejarse de lado edificios religiosos tan interesantes como la mezquita de Alabastro o las iglesias coptas, sin olvidar la ciudad de los muertos, la fabulosa colección de arte que se conserva en el Museo Egipcio o el caudaloso río Nilo que la atraviesa.

Samarcanda: Absolutamente fundamental para entender el concepto arquitectónico desarrollado en el periodo timúrida, Samarcanda ofrece al visitante un conjunto monumental casi sin precedentes. Destacan obras de arte como el mausoleo de Tamerlán o las madrasas que rodean por tres de sus lados la plaza de Registán, pero también lugares menos conocidos como la tumba del profeta Daniel o el fabuloso observatorio de Ulugbek.

Roma: Si la llaman ciudad eterna debe ser por algo, y doy fe que Roma se ajusta a la perfección a tal apelativo. Auténtico museo al aire libre en toda su extensión, con una sola visita resulta imposible hacerse a la idea del impresionante patrimonio que almacena. Además de restos de la antigua población romana como los foros, los arcos de triunfo o el Coliseo, destacan sus plazas, sus iglesias, sus mausoleos, sus puentes…no recuerdo las veces que la he visitado, al menos cuatro o cinco, pero tengo claro que volveré.

Buenos Aires: Muy probablemente no sea la ciudad más monumental que he visitado ni sus construcciones las más espectaculares pero la capital argentina me atrae sobremanera. Poseída por un tradicional cosmopolitismo, inundada de un ambiente cultural que se respira en todas partes y poblada por gente acogedora y orgullosa de sus orígenes, Buenos Aires despliega todo su encanto ante los ojos del visitante, al que ofrece lugares tan atractivos como los barrios de San Telmo y Recoleta, la Plaza de Mayo o el típico barrio de La Boca.

Ciudad del Cabo: A la sombra de la inmensa mole de la montaña de la Mesa, y muy cercana al punto donde los océanos Índico y Atlántico se juntan, Ciudad del Cabo es posiblemente la gran ciudad más interesante de toda el África subsahariana. Está situada además en una de las zonas con mayor biodiversidad en todo el planeta, debido al microclima que goza su excepcional ubicación. Entre sus lugares de interés destaca el puerto y el edificio del Ayuntamiento.

Damasco: Uno de los asentamientos humanos más antiguos de los que se tienen noticias, la ciudad omeya resulta un hito fundamental no solo para el Islam sino también para el cristianismo. Aunque su punto álgido se encuentra en la impresionante mezquita de los Omeyas, el viajero no debe olvidar visitar los zocos ni recorrer la Via Recta, tal y como lo hizo San Pablo hace ahora dos milenios. Tristemente devastada por la guerra y la incomprensión, espero que algún día logre volver a renacer de sus cenizas.

Estocolmo: Construida en el lugar donde el lago Mälaren y el Báltico unen sus aguas, Estocolmo fue desarrollándose poco a poco hasta llegar a extenderse sobre catorce islas comunicadas entre ellas por diversos puentes. Al igual que otras de las aquí representadas, no destaca por edificaciones monumentales ni por iglesias antiguas, pero su excepcional situación, el encanto de sus numerosas zonas verdes y los atractivos edificios que pueden verse en su centro histórico la convierten en una ciudad muy interesante en mi opinión.

Ciudad de Panamá: Población que presume de una larga y atrayente historia, Ciudad de Panamá fue destruida por los piratas en su totalidad y hubo de ser completamente reconstruida desde cero en un emplazamiento cercano. Conserva vestigios de la época colonial en su centro histórico, entre los que destacan la Catedral Metropolitana y el Palacio Presidencial, pero además presume de un elevado y bien nutrido skyline con rascacielos que superen los doscientos metros de altura. No hay que olvidar tampoco el Parque Nacional Metropolitano, uno de los pocos espacios naturales protegidos situados dentro de una gran ciudad.

Marrakech: Fundada en el siglo XI por los almorávides, de la importancia que tiene Marrakech entre sus habitantes da idea el hecho de ser conocida como tierra de Dios en lengua beréber. Además de su inmenso patrimonio arquitectónico donde destacan espectaculares monumentos como el palacio Bahia, la medersa Ben Youssef o la mezquita Koutoubia, la ciudad ofrece un lugar irrepetible como la plaza Jemaa el-Fna, que a la caída de la tarde se convierte en un inmenso escenario donde la tradición local se muestra al visitante en todo su esplendor.

Luang Prabang: Situada entre los ríos Mekong y Nam Khan, Luang Prabang fue establecida en una zona boscosa durante el siglo IX y llegó a ser la capital de Laos hasta que ésta pasó definitivamente a Vientiane. A pesar de ello sigue siendo el principal centro espiritual y cultural del país, y ofrece al viajero los templos budistas más atrayentes de todo el Sudeste Asiático. Destaca entre ellos el maravilloso Wat Xieng Thong, aparte de otras edificaciones como el Museo Nacional, que fue antiguamente el palacio real, o las existentes en la colina Phou Si.

Londres: Sin ninguna duda la ciudad más cosmopolita que he visitado, Londres destaca también en numerosos otros aspectos, que la han llevado a ser puntera en campos como las artes, la moda, el entretenimiento o la investigación. Arquitectónicamente resulta un ente bastante interesante donde destacan famosos monumentos como la Torre de Londres o las Casas del Parlamento, sin olvidar algunas de las colecciones museísticas más importantes del mundo.

Isfahán: Capital de Persia durante la dinastía safávida, Isfahán ha sabido conservar la mayor parte de un patrimonio tan vasto que de acuerdo con un viejo proverbio local esta ciudad es la mitad del mundo. Su centro neurálgico es la maravillosa plaza Naqsh-e Jahan, donde se sitúan las extraordinarias mezquitas del Sheikh Luftallah y del Shah. Destacan también edificaciones como el palacio Chehel Sotoun, la mezquita del Viernes, el puente Khaju o el imamzadeh Ismail.

Podéis ver las quince grandes ciudades elegidas por Jordi aquí.