Dominando la población homónima, el castillo de Morella fue construido por los árabes en el siglo XIII. Tras ser reconquistada la zona sufrió algunas modificaciones, que lo convirtieron en una de las fortalezas más poderosas del Mediterráneo, hasta llegar a su imagen actual. La fortificación consta de tres niveles, situados a diferente altura en la mola sobre la que se sitúa. El inferior está compuesto por una muralla protegida por torres semicirculares donde se localizan las puertas que dan acceso a la población. En el intermedio estaban situadas diversas baterías de artillería en el pasado. En la parte superior del peñasco, a más de mil metros de altura, se encuentra el castillo propiamente dicho, al que se accede por una escalera que lleva hasta la plaza de armas. En ella se conserva un aljibe que data de la época romana.