MunDandy

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Reflexiones

Esos viajeros bajitos

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Una fría tarde de enero de 2003, al volver a casa tras el trabajo Diana comentó: ‘Siéntate, tengo algo importante que decirte’. Pensando en qué desgracia podría haber sucedido le hice caso y me senté. ‘Vas a ser padre’, me dijo. La noticia me sorprendió bastante. Ambos teníamos ya cuarenta años y no habíamos estado especialmente buscando el tener un hijo. Sin duda, la gélida Nochevieja que pasamos en Bucarest un mes atrás tenía algo que ver en el asunto.

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Cuando me recuperé del impacto inicial empecé a pensar cómo iba a cambiar mi vida a partir de entonces. Los viajes serían uno de los temas directamente afectados, sin duda. El viajar se iba a terminar desde ya, con un niño pequeño iba a ser prácticamente imposible salir de casa. Para salir de la depresión, comencé a planear un viaje a Chile y Argentina antes de que el embarazo estuviera en su fase final, con el fin de despedirme de mi afición favorita. Tras el recorrido por la Patagonia hubo alguna que otra escapada más durante el embarazo. Cuando nació Daniel, me dije: ‘Ahora sí que se acabó’. Poco tiempo después, Daniel tendría unos seis meses, fuimos a Rumanía. ‘Bueno, esto no es viaje, es ir a ver a la familia’, pensé. Tres meses más tarde viajamos a Chipre. ‘Bueno, esto son vacaciones tranquilas, en plan relajado’, traté de convencerme.

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Y así, hasta ahora. Daniel no ha cumplido aún los once años y ha pisado casi setenta países del globo. Aprendió a saludar inclinándose como los japoneses y chocando los puños como hacen en algunos lugares del Caribe. Se ha bañado en el Mar Muerto y en el Golfo Pérsico. Ha ligado con camareras en Paraguay y en Filipinas. Le han hecho fotos por doquier, desde Qatar a China. Ha comido la mejor carne del planeta en Buenos Aires o langosta en Antigua. Ha recorrido Damasco de la mano de un guía y ha jugado con otros niños en diversos lugares. Ha aprendido tolerancia, en suma.

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Tres años más tarde nació David. Con éste empezamos incluso antes, a los dos meses ya estaba disfrutando del sol invernal en Bahréin. Desde muy pequeño se ha sentido feliz por estar con sus padres dondequiera que estos vayan. Y se ha movido bastante, desde Bahamas a Hong Kong, pasando por Malasia o Moldavia, sin importarle lo más mínimo y siempre con una sonrisa en su rostro.

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Viajar con niños a cualquier lugar no supone ningún problema adicional, salvo tener que mover mayor equipaje y seguir un programa más relajado, intentando adaptar el ritmo a sus horarios y necesidades. Debo decir que, por desgracia para mí, el África Subsahariana la hemos evitado de momento para no tener que ponerles vacunas adicionales a las de su plan de vacunación ni darles tratamientos preventivos que suelen ser bastante agresivos. Pero todo se andará. Suerte y ánimo a los que empezáis ahora este maravilloso y largo, pues dura toda la vida, viaje que es el tener un hijo.

22 COMENTARIOS

  1. Precioso artículo Floren! Daniel es el mejor ejemplo que se puede poner a aquellos que no viajan porque tienen niños o los dejan en casa privándoles de la experiencia de recorrer mundo. Un abrazo a tus viajeros bajitos!

    • Muchas gracias, Vero. Lo grande de todo esto es que a Daniel le ha servido para algo. Desde hace tiempo se interesa por la cultura y otras formas de vida, y estoy convencido de que será un viajero curioso y siempre listo para aprender. Seguro que a Helia le ocurre lo mismo.

      Un fuerte abrazo para los tres.

  2. Plas plas plas. Precioso y muy sentido. La cantinela de que al ser padre hay que quedarse en casa o ir a todos incluidos es una de tantas cosas de las que la gente se autoconvence por pereza y comodidad.
    Como sabes Sakura tiene 2 anhos y ha estado 2 veces en Japón, 4 en Espanha, 2 en Portugal, se ha banhado en Tailandia y fue a ver a un amiguito en Serbia.
    Y que nuestros críos cumplan muchos viajes mas!!
    Un abrazo

    • Totalmente de acuerdo, aunque yo añadiría que muchos se quedan en casa o van a sitios más «cómodos» por miedo. Hay gente a las que les puede la responsabilidad, y creo que no es para tanto.

      Sakura será una excelente viajera, sin duda. y de momento disfruta viajando con sus padres, que es de lo que se trata.

      Un abrazo para los tres.

  3. Bonito artículo, Florencio, me ha emocionado.

    Yo no tuve la suerte de viajar con mis padres. Ahora, sí que intento viajar todo lo que puedo con mis hijos, pero elegimos destinos más «facilones» pues el terremoto del pequeño es muy inquieto y requiere mucha atención. Por otro lado creo que debemos dejar claro los padres a quienes nos gusta viajar que cada niño es un mundo, y por tanto, no todos los destinos son para cualquier niño.

    Opino com tú en lo referente al África negra. De momento no los llevaré si decido viajar hasta allá.

    Un abrazo.

    • Muchas gracias, Antonio.

      Coincido contigo en que el destino debe depender un poco de las necesidades del niño. Y a veces no he acertado en esto, he intentado ver demasiadas cosas sin tener en cuenta que mis hijos necesitaban un ritmo más pausado. Tampoco yo viajaba con mis padres, porque ellos tampoco lo hacían, ahora intento que mis hijos viajen conmigo lo máximo posible.

      Un abrazo y muchas gracias por tus palabras.

  4. Bueno pues aquí una que lo de ser madre no va con ella. (Aunque ya se que: nunca digas nunca. En principio nuestra decisión personal es esa)
    Pero aún así, decir que admiro a los papis viajeros. Por demostrar que los hijos no son motivo para aparcar los viajes, si no para compartir con ellos este mundo. Creo que son unos niños que crecen con mucha cultura y mucha sensibilidad.
    Y siempre que alguien de mi alrededor hace la ya conocida afirmación de que se acabó el viajar al ser padres, empiezo a nombrarles papis viajeros y blogs…el tuyo acaba de entrar en la lista!
    Por cierto…70 países??? O.o oye y una hija de 30 años no adoptarías?? Jaja

    Saludos

    • Nunca se sabe lo que puede pasar, yo tampoco pensaba que sería padre y aquí me tienes. Es una responsabilidad muy grande, y a veces se tienen momentos insatisfactorios, pero poniéndolas en una balanza creo que las vivencias positivas pesan más que las negativas.

      Un saludo.

  5. Floren te felicito por este artículo, me ha encantado.
    Yo hablo desde «la distancia» ya que no tengo niños, pero a veces cuando hablas con la gente, yo no se si es miedo o pereza pero lo de viajar con niños parece un imposible, y sin embargo viéndote a ti con los tuyos, parece de lo más sencillo. Desde luego tu estás disfrutando viajando con ellos, pero tus peques con tanta cultura diferente se están enriqueciendo de una forma barbara,y aunque ahora no se den cuenta, el día de mañana cuando echen la vista atrás, seguro que te lo agradecen un montón.

    Un saludo, Cati.

    • Muchas gracias, Cati.

      Supongo que todos tenemos algo de miedo a lo desconocido, y viajar con niños la primera vez impone un poco. Pero poco a poco va siendo todo más sencillo, porque en el fondo los niños pequeños tienen una capacidad de adaptación mucho mayor de lo que creemos.

      Espero que a mis hijos las experiencias vividas les sirvan como aprendizaje, y especialmente a ser tolerantes con otras culturas y diferentes formas de vida. Con eso me conformo, y si además se aficionan a viajar por su cuenta cuando sean mayores pues mucho mejor.

      Un abrazo.

  6. Es increíble la cantidad de viajes que habéis hecho con los peques. Yo estoy embarazada ahora y ojalá me atreva a seguir viajando con ellos. Por ahora me gustaría antes de tenerle poder viajar a Japón (estaré casi de 5 meses), pero la gente me está metiendo un poco de miedo,de si es muy largo y el avión y todo, pero veo que vosotros os fuisteis a Argentina en circunstancias parecidas y supongo que todo fue bien.
    Me encanta tu blog, sigue así

    • Muchas gracias por tus palabras, Elena.

      En principio, y si tu embarazo sigue su curso normal, viajar a Japón no debería suponer el más mínimo problema. Nosotros estuvimos en varios lugares en esa misma situación, incluyendo vuelos largos y desplazamientos farragosos en diversos vehículos, y todo fue muy bien. Además, como supongo te habrán comentado, el segundo trimestre del embarazo es el mejor para viajar. Consúltalo con tu ginecólogo, de todas formas, pero no creo que os ponga ningún impedimento.

      Espero que todo vaya muy bien con tu embarazo, y disfrutes de ese viaje a Japón si decides hacerlo.

  7. Me acabo de ver retratado en casi todo en este artículo, excepto en que ni yo ni mi mujer pensamos en dejar de viajar al venir las niñas. El gusanillo de ver mundo lo tenemos muy dentro. La verdad es que el primer viaje con la niña fue bastante conservador, a Italia, pero cuando con 2 años decidimos llevarla a Japón, la familia fue el principal «escollo», la de veces que escuchamos estáis «LOCOS». Pero bueno poco a poco se han dado cuenta que no es para tanto, y que es lo que nos hace felices, viajar, y que mejor que hacerlo con nuestras dos «princesas».

    Otro «momento» fue el primer viaje con las dos, que además fue nuestra primera aventura Interrail, con una niña de 4 años y otra de 10 meses. Subir y bajar de los trenes era un espectáculo.

    Un abrazo viajero.

    • Eso de que estamos «locos» lo he oído muchas veces, incluso de familia muy cercana. Las personas tienden a ver la vida de acuerdo a sus propios parámetros, que no tienen por qué coincidir con los de otras. Por ejemplo, cuando llevamos a David con dos meses a Bahréin y Qatar tuve que sufrir algún comentario desafortunado, pero en mi opinión el bebé estaría mucho mejor con sus padres y a una temperatura agradable (fue en invierno) que sin ellos y pasando frío, como hubiera sucedido si se hubiese quedado en España.

      Enhorabuena por vuestra página, le he echado un vistazo y está muy bien. Y, por supuesto, a seguir viajando con las niñas.

      Muchas gracias por vuestra aportación.

  8. Otra que habla desde la inexperiencia porque no tengo hijos y a estas alturas no voy a cambiar de parecer (me parece una responsabilidad enorme), pero en el caso de haberlos tenido hubieran viajado a la par que nosotros, no hay mejor aprendizaje ni experiencia. Lo que que os dijeran LOCOS no me extraña, me lo dicen hasta a mí cuando digo que voy a Jordania (la ignorancia es muy atrevida). El curriculum viajero de vuestros hijos vale más que cualquier otro, seguro serán grandes viajeros, bueno, ya lo son. Un abrazo.

    • Lo bueno del caso es que viajar con tus hijos funciona, les sirve para algo. Al menos mi hijo mayor ya está planeando viajes continuamente y me habla de lugares que le gustaría ver. Por supuesto, no recuerda todos los sitios donde ha estado pero creo que el viajar desde que era un bebé le ha dejado cierto poso y le dará amplitud de miras en el futuro.

      Muchas gracias por tus palabras y un abrazo.

  9. Me quito el sombrero ante los padres que les dan ese regalo a sus hijos. Esa es una increíble inversión para vuestros hijos. Yo hubiera ya querido tener «padres aventureros» o al menos inquietos que nos hubieran abierto esa puerta, ya difícil de cerrar despues. Felicidades por tu empeño en educarles bien y darles ese regalo. Y a su madre también claro. Un abrazo.
    María (otra que ha decidido no ser madre)

    • Para mí la mejor inversión que se puede hacer con los hijos es darles una cultura e intentar que tengan una mente abierta. Y considero que los viajes ayudan mucho en ambos aspectos. Creo que mis hijos lo han entendido y Dani, con quince años ahora, ya está planeando volar por su cuenta. A pesar de ser muy niño aún lo veo preparado para las aventuras que seguramente le deparará la vida.

      Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.

  10. Precioso relato de vuestras vivencias por esos mundos de Dios, para tus hijos ha debido y deber ser unas experiencias maravillosas, que recordarán toda la vida y se les abrirá la mente para ver la vida de otros colores. Enhorabuena por poder hacer esos viajes

    • Me alegra que te haya gustado el relato, Pili.

      Aunque Dani y David comenzaron a viajar siendo muy niños y no recuerdan algunas cosas, estoy seguro de que les ha quedado un poso. Ambos son chicos sanos, bastante cultos para su edad y se desenvuelven con facilidad en entornos diferentes al que están acostumbrados. Nunca se sabe que ocurrirá con ellos en el futuro, pero al menos Diana y yo hemos intentado que tengan esa apertura de mente que mencionas.

      Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.

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