Comienza la cuenta atrás para Florencio Moreno. Apasionado de los viajes desde mucho antes de comenzar a viajar, los mapas ejercían una especie de atracción fatal sobre él ya desde muy niño. De las diversas adicciones que ha padecido a lo largo de su vida, la de viajar es la única que no ha conseguido superar, a pesar de encontrarse en su enésimo intento. Viajero imprevisible y anárquico, se guía fundamentalmente por las sensaciones y es incapaz de recordar cualquier tipo de dato práctico sobre su viaje al poco tiempo de retornar. Combina su afición a escribir con su pasión viajera en MunDandy, presunto blog de viajes cuyo único beneficio es el de mantener viva esa curiosidad por conocer nuevos lugares que le ha acompañado desde siempre. Con ustedes, Florencio Moreno.

10. El viajero, ¿nace o se hace?

Como «genetista» convencido pienso que casi todo tiene una base genética, por tanto creo que el viajero nace. Luego la capacidad de viajar irá evolucionando con los años, pero esa curiosidad por conocer nuevos lugares estoy seguro de que es innata.

9. ¿Vives para viajar o viajas para vivir?

Me has copiado la frasecita, ¿no? Por si alguno de tus lectores tiene curiosidad por saber de donde viene, aprovecho para indicar que la saqué de una fantástica canción de Bob Seger llamada «Against the wind». En ella se dice algo así como «I was living to run and running to live…» y la traduje al castellano adaptándola al hecho de viajar. Me identifico mucho más con la segunda parte, para mí viajar es una necesidad vital como lo son respirar, comer o dormir. El sexo ya no tanto. 🙂

8. Si alguna vez te pierdes, ¿dónde no deberíamos buscarte?

Ésta es fácil. En Las Vegas, esa ciudad reúne casi todo lo que no me resulta atractivo.

7. Dicen que la cabra tira al monte…y tú, ¿para donde tiras?

Para cualquier sitio con relevancia histórica, cultural o natural. Y estos valores están garantizados en los sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, cuya lista es lo primero que tengo en cuenta para decidirme por un destino determinado.

6. Vamos, confiesa, ¿no es cierto que has viajado a tantos países tan solo para decir que has estado allí?

No del todo. Intento explicarlo con un ejemplo. Si el mundo fuera un banquete de ciento noventa y cinco platos, habría invitados al convite que preferirían probar la máxima cantidad posible de algunos. Por el contrario, a mí me gustaría probar la mayor parte, aunque fuera tan solo un pequeño bocado, de cada uno de ellos.

5. ¿Crees que los nacionalismos se curan viajando, o por el contrario el hecho de viajar los reafirma?

Creo que depende de la persona. En mi caso, nunca he pretendido que la cultura en la que me he desarrollado como persona sea superior a ninguna otra. Más bien al contrario, pienso que en Occidente nos hemos preocupado demasiado por ese «bienestar» del que tanto hablan los políticos y hemos descuidado la búsqueda de la auténtica felicidad.

4. ¿Qué opinas de esas asociaciones de viajeros de nombre tan anglosajón y cuyos miembros en buena parte desconocen la lengua de Shakespeare?

Puede ser una estrategia de marketing para vender mejor su imagen, aunque me queda la duda de si no es un complejo de inferioridad respecto a lo anglosajón en general. En cuanto a la razón de ser de tales asociaciones, no me atrae demasiado. En general me resultan excluyentes.

3. Si te ofrecieran dedicarte a viajar de forma profesional, ¿aceptarías?

Supongo que todos tenemos un precio, pero no me veo viajando de manera profesional. La razón es la misma por la que no sería actor porno si me lo propusieran: creo que los excesos conducen a la rutina y el cansancio.

2. ¿Venderías tu integridad bloguera por un plato de lentejas? Por ejemplo, hablando maravillas de sitios que desconoces o a los que nunca viajarías a cambio de plaza en un blogtrip

Rotundamente no. Jamás escribiré algo en lo que no creo a cambio de un beneficio económico. Fundamentalmente porque me resulta inmoral, pero también porque para escribir sobre algo necesito libertad absoluta y estar convencido de lo que intento transmitir.

1. Si entras en una tienda de bebidas, en Nairobi por ejemplo, y oyes a alguien diciéndole al dependiente chupa chochote, ¿qué crees que le está pidiendo?

Je, je, je, ésta me la sabía. Le está pidiendo cualquier botella, bonito idioma el suahili.

0. Para terminar la cuenta atrás y comenzar el viaje, indícanos tus cinco lugares que todo el mundo debería visitar antes de morir

Qué pregunta tan difícil. Intento acotar un poco limitándome a lugares que he visitado, uno por continente y considerando sitios tanto naturales como culturales.

– Isla de Upolu (Samoa): Una de las islas más bonitas que he visto, con un interior de una exuberancia espectacular y unas playas de ensueño. Tanto, que cuando Stevenson la vio decidió permanecer allí para siempre
– Viejo San Juan (Puerto Rico): San Juan de Puerto Rico no suele aparecer en las listas de ciudades coloniales más atractivas, pero para mí su casco antiguo ocupa el primer puesto entre ellas
– Stonehenge (Reino Unido): Como gran amante del megalitismo, creo que este misterioso lugar no tiene parangón entre los de su especie y hace plantearse preguntas sobre su significado al visitante
– Cráter de Ngorongoro (Tanzania): Hay muchas reservas en África, pero ninguna puede compararse con ésta en mi opinión. A su diversidad faunística le añade su enorme valor natural que la convierte en un sitio único
– Plaza de Registán (Samarcanda, Uzbekistán): Me faltan calificativos para describir la majestuosidad de este lugar. Mejor id a verlo y opinad vosotros mismos

Si me preguntas dentro de diez minutos, lo mismo te digo otros. 🙂

Ha sido todo un placer, Florencio.