Concebido como palacio de verano en la corte de Tamerlán, el palacio Ak-Saray fue quizás la obra más grandiosa entre las ordenadas por el fundador de la dinastía timúrida. Los trabajos se iniciaron en la segunda mitad del siglo XIV y se prolongaron durante más de veinticinco años, siendo finalizados poco antes de la muerte de su impulsor. Ak-Saray significa literalmente palacio blanco en uzbeco, aunque tal calificativo debe traducirse como noble o regio. De sus dimensiones da idea el hecho de que la puerta principal medía nada menos que setenta metros de altura, algo aún apreciable en la actualidad. Delante de ella una monumental estatua recuerda al emperador timúrida.