Simplificando un tanto las cosas, un volcán es una fisura en la corteza terrestre que al emitir magma durante su periodo de actividad contribuye a aliviar algo la presión existente en el interior de la Tierra. Su denominación proviene de Vulcano, dios del fuego en la mitología romana, y la característica forma cónica de algunos de ellos es debida a la acumulación de materiales procedentes de erupciones pasadas. Como era de esperar, los volcanes no solo existen en la superficie terrestre, sino que también son habituales en los fondos marinos y muchos de ellos se encuentran en fase de actividad, aunque la mayoría están extintos. Se calcula que el número de volcanes submarinos podría llegar al millón, con unos cien mil elevándose más de un kilómetro sobre el lecho marino.
Atendiendo a su forma, los volcanes son clasificados de diversas maneras. La más representativa es la denominada estratovolcán, que presenta una acusada forma cónica, pendientes escarpadas y generalmente una altura considerable. Teniendo en cuenta su actividad, los volcanes pueden ser activos, cuando se hallan en estado de latencia; durmientes, cuando muestran indicios de actividad, como fumarolas, o aguas termales, aunque no hayan entrado en erupción desde hace siglos; o extintos, cuando su última erupción tuvo lugar hace más de veinticinco mil años, aunque se considera posible que puedan volver a la actividad en cualquier momento.
Parece que fue ayer cuando empezamos esta serie de retos con el experto viajero y bloguero Jordi Martínez Baylach, pero, salvo error u omisión, éste hace ya el número cincuenta. Como habéis adivinado, vamos a hablar de volcanes y aquí abajo tenéis mis favoritos entre los que he podido ver hasta la fecha.
Crédito: huangyanqi7
Fujisan (Japón): Posiblemente el ejemplo más típico de estratovolcán que existe, el famoso Monte Fuji eleva sus casi tres mil ochocientos metros en la isla japonesa de Honshū. A pesar de que entró en actividad por última vez a comienzos del siglo XVIII está considerado un volcán activo, aunque con un riesgo de erupción escaso. Su forma cónica casi perfecta lo ha convertido en todo un símbolo en el país nipón.
Volcán Masaya (Nicaragua): En Nicaragua se han identificado aproximadamente seis volcanes activos, entre los cuales el más conocido es el denominado Volcán Masaya. Se trata de un volcán en escudo formado por diversos cráteres, uno de los cuales mantiene su actividad. Bautizado como Cráter Santiago, se formó en 1902 y se eleva hasta los seiscientos treinta y cinco metros. Su última erupción tuvo lugar en 2012, cuando el mencionado cráter emitió material incandescente sin causar víctimas.
Laki (Islandia): También conocido como Lakagígar, Laki es un volcán fisural localizado al sur de Islandia. A pesar de su aspecto poco poderoso, pues apenas se trata de una grieta en el terreno situada a unos mil setecientos metros de altura, su erupción en 1783 es la segunda con más víctimas mortales que se recuerda. Cerca de cuarenta mil personas perdieron la vida de manera directa durante la explosión y varios millones lo hicieron de manera indirecta, a consecuencia de la hambruna producida en todo el mundo por las cenizas, los gases tóxicos y el bloqueo de los rayos solares debido a la enorme nube que se formó. Los campos de lava resultantes aún pueden verse en el lugar denominado Kirkjubæjarklaustur.
Volcán Arenal (Costa Rica): Actualmente uno de los más activos de Costa Rica, el Volcán Arenal se mantuvo en estado durmiente durante más de quinientos años, hasta que despertó en 1968. Desde entonces emite regularmente gases y vapor de agua, con alguna que otra erupción de material incandescente. Magnífico ejemplo de estratovolcán con una forma cónica casi perfecta, se eleva hasta los mil seiscientos setenta metros en la provincia costarricense de Alajuela.
Teide (España): Otra excelente muestra de estratovolcán es el Teide, emblema de la isla española de Tenerife. Con sus más de tres mil setecientos metros de altura y aproximadamente siete mil quinientos desde el lecho marino, es el pico más elevado de cualquier isla atlántica y el tercer volcán más alto del mundo desde su base en el fondo del océano. Desde su última erupción a finales del siglo XVIII se mantiene en estado durmiente, emitiendo con frecuencia fumarolas desde su cráter.
Gunung Batur (Indonesia): Ubicado en el centro de dos calderas concéntricas, Gunung Batur es un estratovolcán localizado al noreste de la isla indonesia de Bali. Mide algo más de mil setecientos metros y está en fase de actividad al menos desde comienzos del siglo XIX. Su última erupción tuvo lugar en 2000 y campos de lava producidos por otra sucedida en 1968 son visibles en su zona suroeste.
La Soufrière (San Vicente y las Granadinas): La isla caribeña de San Vicente es de origen volcánico y la principal prueba de ello es el estratovolcán conocido como La Soufrière. Con una altura que supera los mil doscientos treinta metros es el punto más alto del país y en su cima tiene un lago de cráter. En los últimos tres siglos ha tenido cinco erupciones, la última de ellas en abril de 2021. La ocurrida en 1812 fue pintada por William Turner y la de 1902 ocasionó la muerte a unas mil setecientas personas en la isla.
Crédito: Ironchefbalara
Pinatubo (Filipinas): Un lago de cráter más espectacular aún puede verse en el Monte Pinatubo, localizado en la isla filipina de Luzón. Esta montaña de unos mil quinientos metros es un estratovolcán que había permanecido dormido durante al menos quinientos años hasta que en 1991 entró en actividad. La erupción de entonces fue la segunda más violenta del siglo XX y redujo la altura del volcán en cerca de trescientos metros, aunque por suerte no hubo que lamentar víctimas.
Monte Tronador (Argentina/Chile): Situado al sur de la cordillera de los Andes, sirviendo como frontera entre Chile y Argentina en ese punto, el Monte Tronador se eleva hasta una altura de unos tres mil quinientos metros. Debe su nombre al ruido que desprende la caída de grandes bloques de hielo en sus siete glaciares, actualmente en retroceso debido al calentamiento global. Este estratovolcán está considerado extinto, puesto que sus últimas erupciones datan aproximadamente de hace un millón de años.
Monte Vesubio (Italia): Y si comenzábamos con un volcán simbólico, para terminar lo hacemos con el más renombrado de todos. El Monte Vesubio es un estratovolcán que no destaca por su altura, de algo menos de mil trescientos metros, pero sí lo hace por sus erupciones. La más conocida acabó con las ciudades de Pompeya y Herculano exactamente el 24 de agosto del año 79. Desde entonces ha entrado en actividad al menos treinta y cinco veces más, la última en 1944. Aunque el periodo actual de calma sea el mayor en los últimos quinientos años, no debe subestimarse el poderío de un volcán tan mítico como éste.
Podéis ver los diez volcanes elegidos por Jordi aquí.
