Llevaba varios meses pensando en escribir y publicar este post. Las razones por las que no lo he hecho hasta ahora son difusas, coincidentes con una considerable parte de mi personalidad. Ni tengo miedo, ni siento ningún tipo de empatía con los abajo mencionados, fielmente reflejados aquí algunos de ellos, ni me importa que se me tache de vengativo o de envidioso. Quienes me conocen un poco, que creo no hay muchos en la sala, saben que no soporto la injusticia. Que no dudo en salir en defensa de aquello que considero justo y denunciar lo que no lo es, sin importarme los problemas que ello pueda acarrearme, como ha sucedido en otras ocasiones y probablemente sucederá en ésta.

Si ha habido un detonante que me ha llevado a publicar esta crítica, que no es más que eso, ha sido la convicción de que el mundillo de los blogueros de viaje ya no tiene remedio y no puede hacer otra cosa que empeorar. Desde hace tiempo hay mucho en juego, demasiados perros para tan poco hueso, infinitos intereses creados en torno a un ámbito donde unos pocos toman las decisiones y muchos las acatan sin rechistar por lo que les pueda pasar. Podéis llamarme paranoico o conspiranoico incluso, pero hay demasiados ejemplos de que quienes manejan el cotarro y se llevan la mayor parte del pastel no están dispuestos a compartir ni siquiera las migajas. Y quienes aspiran a ello tampoco aceptan contrincantes en su carrera de aspirantes, aunque su posición en la salida sea ventajosa en este sentido.

Tengo muy claro que la publicación de este artículo no me reportará beneficio alguno y sí muchos inconvenientes. Sé de buena tinta que algunos de los abajo mencionados harán todo lo que esté en su mano para callarme la boca. Y cuando digo todo, quiero decir todo, incluso los más sucios medios que podáis imaginar. Ya he recibido algunas amenazas, desde las de aquella bloguera que prometía llevarme ante la Justicia y me deseaba que me afectara un cáncer lo más agresivo posible, hasta otras más sibilinas y que me tomo más en serio viniendo de quien vienen. Otros abajo mencionados han llegado al punto de publicar mi foto en una red social y dedicarme toda clase de improperios, sin darme siquiera la oportunidad de defenderme.

Da igual. Me importan un bledo las amenazas y no hago esto para obtener ningún tipo de reconocimiento. Y, al contrario de quienes me vituperan, yo sí les doy la oportunidad de defenderse. Pueden hacerlo sin problemas dejando un comentario a esta entrada, que será publicado sea cual sea su contenido si viene debidamente identificado. Ya sin más preámbulos, aquí tenéis una lista de veinticinco blogs de viajes que, al menos a mí, me quitan las ganas de viajar. Y también, por qué no decirlo, las de bloguear.

Nota: Antes de entrar en alguna de estas webs, aseguraos de tener instalado en vuestro PC un programa tipo MalwareBytes o similar, porque algunas pueden venir con sorpresa en forma de malware o troyano. Quien avisa no es traidor.

El blog de Paco Nadal: Bloguero gurú por excelencia, su autor adoctrina a las masas desde el púlpito que le proporciona uno de los medios de comunicación más seguidos en España. Al contrario que los antiguos profetas, no recibe inspiración divina a la hora de escribir. Más bien ésta le llega desde sus múltiples patrocinadores, que le hacen mucho más fácil la tarea de contar sus viajes. Previo paso por caja, por supuesto.

Un mundo para 3: Cuentan las malas lenguas que los viajes para tres terminaron hace tiempo, pero hay que seguir estirándolos no sea que se acabe el chollo. Su post más exitoso versaba sobre un tema tan filosófico como el hecho de echar un kiki en la autocaravana cuando el nene no mira, lo cual es una buena muestra de su superficialidad y afán comercial.

Tierras Insólitas: Uno de sus posts más logrados responde al escatológico título de ¿Cómo cagar en la furgoneta? Usar el Potti sin cagarla. No, no voy a decir que este blog presuntamente de viajes es tan solo una auténtica cagada, me parece demasiado fácil. La foto del tipo con el rollo de papel higiénico en la mano y escondiendo sus pelotillas con la tablet os hará reír un rato si la veis. Especialmente si imagináis el tamaño del asunto.

Imanes de viaje: Érase una vez una pobre chica que estaba enferma y no podía viajar. Siempre con una sonrisa en los labios cautivaba a una legión de seguidores que iban tras sus pasos cual flautista de Hamelín. A sus pies cayeron rendidas también numerosas empresas, que ofrecieron viajes gratis a ella y su pareja acá y acullá. Milagrosamente, sus problemas físicos desaparecieron, quizás debido a las plegarias de sus fieles y hoy día viajan en loor de multitudes allá donde van. Desde entonces, ambos son felices y comen perdices.

Un poco de sur: Su autora alude al término clandestina en las redes sociales, pero en realidad es muy conocida, especialmente entre los blogueros de viaje hispanoamericanos. Ha conseguido dar el pelotazo con un par de webs donde intenta convencer a los incautos de que es posible viajar sin dinero. Y lo mejor para ella es que muchos se lo creen. De cada tres frases que escribe, entre una y media y dos incluyen la palabra nómada. Con eso queda dicho todo.

Impulso viajero: El nombre sabe a turrón, o huele a desodorante barato. Como hoy me he levantado perezoso, dejo que se presente él mismo. Es un blog que pretende impulsar tu cambio, ayudándote a conseguir una vida mejor. En este lugar hablaré de viajes y del nuevo estilo de vida que quiero llevar. Actualmente y gracias a la tecnología, cualquiera puede convertirse en Nómada Digital, generar ingresos pasivos y trabajar mientras viaja o alcanzar una mayor libertad y deslocalización. Habrá que deslocalizarse pues, si es que conseguimos entender de qué va eso. ¿Será una secta?

Kris por el mundo: Curiosa mezcla de bloguera trepa, trilera y canapera con ínfulas de influencer, su autora gasta un ego que no le cabe en el salón de su casa. Buena prueba de ello son los miles de fotografías en las que aparece luciendo modelitos y ataviada con su mejor sonrisa profidén en su página, para ver si así capta la atención de algún gurú que llevarse al huerto. Metafóricamente hablando, por supuesto. Algo para lo que, además, no duda en usar malas artes como las de insultar calificando de envidiosos a otros blogueros de viaje que reniegan de tales prácticas. Mejor apartarse de su camino, porque su mordedura suele ser letal.

Un blog de Palo: Coleguilla de la anterior, su autora se declara aficionada al comercio y el bebercio, lo cual se hace evidente en su línea. También afirma que su blog no tiene pretensiones, pero al menos hay una excepción: viajar y comer de forma gratuita cuando sea posible. Debería darse cuenta de que esos follow/unfollow en Twitter a los que está tan habituada ya no engañan a nadie.

Andorreando por el mundo: Muy pros estos chicos, que al parecer hasta viajan con fotógrafo propio para salir más guays en las imágenes que suben al blog. También se comenta que van siempre en viajes organizados, algo que no tiene nada de malo pero que ellos intentan esconder como sea. Por algo será. Su nivel de escritura difícilmente alcanza el de segundo de Primaria, así que, además de fotógrafo ajeno, les recomendaría que se hicieran con un negro para redactar sus crónicas. Si pagan bien, me ofrezco voluntario.

El faro de la Jument: Había una vez alguien que visitó un día un faro…y decidió vivir de ello. Blog con escasísimo contenido, imágenes que demuestran un egocentrismo inusitado y desconocimiento a raudales del mundo de los viajes. Algo así como si este menda, que un día, y sin que sirva de precedente, logró por fin apretar un tornillo, decidiera abrir una web con la sana intención de dar lecciones sobre el mundo del bricolaje.

Inteligencia viajera: Este blog se resume en dos palabras, como diría algún famoso. Ni inteligencia, ni viajes. Provisto de cualquier medio a su alcance, por inmoral que sea, su autor intenta hacer caja de la manera más descarada. Peor aún, se las da de ganar mucho dinero explotando unos métodos que no pasarían de ser surrealistas si no fuera porque están desprovistos de cualquier tipo de savoir faire. Con el tiempo, volverá al tajo.

Lagarto Rojo: Individuo egocéntrico como pocos, su autor se cree una reencarnación de Cervantes y piensa que ha venido al mundo para limpiar, lustrar y dar esplendor a la lengua castellana. Tristemente para él ya no existen los quilómetros, sino los kilómetros, y en la lengua de Cervantes no puede escribirse Turcomenistán, como él afirma, sino en todo caso Turcomanistán. Porque, para su desgracia, turcomeno es un barbarismo importado de su odiado inglés y el término que realmente existe en español es turcomano. De nada.

Viviendo de Viaje: Parejita monísima, de esas que parecen que ni han sudado ni se han ensuciado jamás. Ella siempre con sus sombreros, pamelas y vestiditos monos. Él con esa especie de boina a la que llaman visera. Tan guapos son que te quedas embobado mirando sus fotos y no te das cuenta del paisaje, o lo que quiera que sea, que tienen detrás. Si cambian el título del blog a Viviendo del Viaje tampoco pasaría nada.

El viaje de tu vida: Clónicos de los anteriores, aunque sin sombreros. La introducción de la autora sobre sí misma pasará a los anales de la blogosfera como el texto que dice menos en más espacio. Entre los cientos de frases sin sentido que contiene, una de las más significativas afirma lo siguiente: El éxito es para toda persona que se atreva a darse permiso para vivir de acuerdo con lo que siente en su interior, ya que seguir la intuición es una invitación a ser leal con uno mismo. Mucho me temo que volverá al banco.

Mis viajes por ahí: Parece que su autora ha madurado un poco y del blog han desaparecido entradas del tipo cómo entrar a Angkor sin pagar, pero todavía le queda un largo camino por recorrer. Aunque últimamente haya caído del guindo y decidido no autocensurarse, tal y como hacía cuando no publicaba cierto tipo de imágenes para evitar molestar a sus seguidores, dudo que lo ponga en práctica. Porque, como ella misma admite, necesita likes para seguir huyendo hacia adelante y no creo que esté dispuesta a correr el riesgo de perderlos.

Viajando con mami: Entre los centenares de blogs de viajes que utilizan la imagen de sus hijos para subir en número de visitas, éste es uno de los que ocupan las primeras posiciones. No contenta con ello, la autora demuestra sus dotes como influencer luciendo palmito en las imágenes, frecuentemente en poses extravagantes. A tenor del número de modelitos que muestra en ellas, debe tener un fondo de armario que ya quisiera para sí Gisele Bündchen. Completamente imprescindible para viajar, como todo el mundo sabe.

Rojo Cangrejo: Especie de Paz Padilla bloguera, la autora reconoce que le gusta hacer el tonto e ironizar con la vida. Lo primero debe hacerlo muy bien, porque últimamente no para de recibir reconocimientos, incluido uno como blog revelación a pesar de que su web tiene ya cinco años. Lo segundo seguro que le lleva a aceptar esta crítica, nada irónica por otra parte. ¿Viajes independientes? ¿Lo queeee?

Salta conmigo: Presuntos viajeros, que, una vez más, hacen un viaje de larga duración y se convencen de que ello les habilita para vivir el resto de su vida de las rentas. Intentan convencer a otros asistentes a blogtrips de la necesidad de cobrar por la invitación, sin duda con la sana intención de subir su caché. Deberían cambiar el nombre de su blog a Trepa Conmigo, creo que les quedaría más propio.

Dinky viajeros: No, el nombre de este blog no alude a ningún personaje de cómic, sino que al parecer son las siglas del concepto gringo Double income, no kids yet. Vamos, que los autores presumen de pasta y de no gastársela en nenes sino en viajes. La autora se considera experta en conseguir que lo caro acabe convirtiéndose en barato cual cuento de hadas y se define como adicta al chocolate, algo que parece evidente a la vista de sus imágenes. ¿De viajes? Más bien poco.

La cosmopolilla: Hay que ver las lloreras que me pillo cada vez que me da por leer un artículo del blog en cuestión. Sensiblera, que no sensible, hasta decir basta, su autora exprime hasta la saciedad el generalmente vano intento de tocar la fibra del lector. Aunque, a decir verdad, tampoco le va tan mal. Son muchos los que se tragan el anzuelo y la ayudan a seguir en la onda y viajar de gorra. No se dan cuenta de que la chica es de Graná, tierra de eso mismo que estáis pensando.

La Viajera Empedernida: Dejemos que ella misma se defina: imparto clases de contenidos y comunicación en distintas escuelas y universidades, participo como ponente en foros especializados y coordino talleres y cursos a profesionales del sector interesados en este mundo loco y complejo que es la comunicación aplicada al Social Media y el marketing digital. Y yo que pensaba que para esto de viajar bastaba con meter algo de ropa en una mochila y hacer camino al andar. Con tanto marketing digital ahora entiendo por qué la autora colocó a la India en su sección de África.

Mundo turístico: Bloguera palmera donde las haya, prototipo de diversas categorías de viajeros sin alma y sin viaje, la autora ha demostrado en innumerables ocasiones su interminable corporativismo. Que no, mujer, que no intento quitarte la plaza en el próximo blogtrip. Dada su escasez de destinos y el ámbito secreto y marginal en el que se mueve en las redes sociales sería más adecuado que su blog se llamara Submundo turístico.

Mochileando por el Mundo: Una bloguera graciosilla más, su autora no acaba de pillarle el intríngulis al asunto. Presume de sentido del humor, pero suele dejar fríos a quienes la leen porque no domina el quid de la cuestión y no logra llegar hasta el meollo de los frívolos temas a los que, frecuentemente con nocturnidad y alevosía, se refiere. Si quieres que lo escriba en bahasa, a ver si así lo entiendes mejor, házmelo saber.

Mola Viajar: Lo que no mola es el abuso de la imagen de sus bebés para ganar seguidores, especialmente si se hace con propósitos comerciales. Por lo demás, a este blog supuestamente de viajes le daría un premio por ser, con mucha diferencia, el peor escrito en castellano y el más comercial que he visto en mi vida.

El Rincón de Sele: ‘- ¿Adónde nos invitan esta semana, cariñín?’ ‘- A hacer un fastuoso crucero por el río Manzanares. Voy raudo a contarles a mis múltiples seguidores que un viaje como éste, a un lugar lleno de exotismo y en pleno contacto con la naturaleza, era la ilusión de mi vida.’ ‘- Bien hecho, queridín. Y que se fastidien los envidiosos.’