Entre los al menos cuatro acueductos que llegó a tener la civitas romana de Augusta Emerita, el de los Milagros es el que ha llegado en mejor estado hasta nuestros días. A ello debe precisamente su denominación, pues los emeritenses de hace unos siglos consideraban milagroso que su imponente estructura hubiera resistido el paso del tiempo. Mide unos doce kilómetros desde su inicio en el embalse de Proserpina hasta un depósito de agua situado en el denominado cerro del Calvario. Para salvar el valle formado por el río Albarregas a la entrada de la población se diseñó un espectacular tramo de casi un kilómetro de longitud y más de veinte metros de altura, soportado por un centenar de pilares que se unen entre ellos mediante una triple arquería. Aunque no se tienen datos de su datación exacta, los expertos consideran que fue construido en el siglo I de nuestra era.