Emplazada en un lugar casi inverosímil sobre una hoz del río que le da nombre, Alcalá del Júcar se localiza en la comarca denominada La Manchuela Albaceteña. A pesar de que se han encontrado restos íberos en la zona, su origen es probablemente árabe y se encuentra en un castillo construido por los almohades en el siglo XII, a partir del cual se extendió la población. Tras pasar a manos castellanas en el siglo XIII, formó parte del marquesado de Villena y más tarde del reino de Murcia, hasta quedar encuadrada en la provincia de Albacete durante la división provincial de 1833. Cuenta en la actualidad con unos seiscientos cincuenta habitantes, que se reparten el espacio existente ladera arriba entre el río y la peña donde se levanta el castillo. Además de éste, destacan en su caserío la iglesia de San Andrés Apóstol, el denominado Puente Viejo y la curiosa plaza de toros, de forma similar a un pequeño anfiteatro.