Sin lugar a dudas una de las edificaciones más conocidas y visitadas a nivel mundial, la Alhambra granadina ha trascendido ya la categoría de monumento. Auténtica ciudad dentro de la ciudad durante el periodo nazarí, albergaba diversos palacios, jardines y otras construcciones, estando todo el recinto defendido por un poderoso alcázar. Más adelante se realizaron añadidos, como el denominado Palacio de Carlos V. Entre toda esta amalgama de edificios sobresalen los palacios nazaríes, conjunto formado por los actualmente denominados Palacio de Comares y Palacio de los Leones, cuya rica decoración supuso la auténtica culminación del arte andalusí. Fueron construidos en las primeras décadas del siglo XIV y servían como sede de la corte nazarí. Además de diversas salas fastuosamente decoradas con mocárabes y azulejos destacan los conocidos como Patio de los Arrayanes, cuyo espacio está ocupado casi al completo por un estanque que estaba rodeado de mirtos o arrayanes, de ahí su nombre; y, especialmente, el fabuloso Patio de los Leones, en cuyo centro se sitúa la famosa fuente homónima que trae de cabeza a los estudiosos, pues se trata de una de las escasísimas representaciones de animales en todo el conjunto del arte islámico.