Existen evidencias de la fundación de la civitas romana de Ammaia en el siglo I, posiblemente en tiempos del emperador Augusto. Pronto se convirtió en un lugar próspero debido a la extracción de minerales como el cuarzo y metales como el oro en la vecindad. Posiblemente en el siglo II alcanzó la categoría de municipium y continuó su progresión durante los siglos venideros, hasta que con la llegada de los árabes a la zona comenzó su ocaso. Tras la fundación de la actual población de Marvão en la cima de una montaña próxima, comenzó su despoblamiento. Los restos de Ammaia se encuentran en las inmediaciones del río Sever y durante el proceso de excavación se han hallado diversas viviendas, puertas de acceso al interior del recinto amurallado, partes del Foro incluyendo un templo y las termas, vestigios del teatro y un anfiteatro de reducidas dimensiones.