Edificado sobre una colina que se eleva unos doscientos metros sobre la llanura circundante, el Atashgah de Isfahán se localiza a unos ocho kilómetros del centro histórico de la ciudad. Estudios recientes aseguran el uso religioso de este lugar y lo datan en el periodo elamita, anterior al siglo VI de nuestra era por consiguiente. Entre los restos de diferentes estructuras que podrían corresponder a almacenes y viviendas, posiblemente destinadas a sacerdotes y a albergar peregrinos, destacan algunas con forma de chartaq, características de los templos del fuego zoroastristas de esa época. También pueden verse restos de una torre circular, que posiblemente debió elevarse al menos hasta veinte metros sobre el suelo y cuyo propósito es probable que fuera de vigilancia.