Diseñada para albergar a más de cinco mil funcionarios a mediados del siglo XX, la Casa del Gobierno es posiblemente el mejor ejemplo de construcción soviética que existe en la capital azerbaiyana. Su autor fue el arquitecto ruso Lev Rudnev, autor del Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia, cuyo proyecto ganó un concurso que se había desarrollado con anterioridad. Ejemplo de una pretendida grandiosidad comunista, hoy día es la sede de diversos ministerios del país azerí. Desde la independencia de éste, ya no quedan trazas de la estatua de Lenin situada frente a su entrada principal, convenientemente sustituida por una bandera con los colores de Azerbaiyán en la actualidad.