El antiguo monasterio de Glendalough alberga un cementerio en el que la paz y la tranquilidad están garantizadas. Se desconoce su fecha exacta de construcción, pero es posible que sea bastante antigua, puesto que algunas de las sepulturas parecen remontarse hasta el siglo VIII. Entre las tumbas se conservan los restos de una pequeña edificación localmente denominada Priest House, donde al parecer se daba cobijo a los cuerpos de los sacerdotes fallecidos hasta el momento en que eran enterrados. Otra teoría sugiere que en ese lugar se guardaban los restos del propio San Kevin, fundador del complejo monástico. Se mantienen varias decenas de lápidas, que recuerdan a los monjes enterrados en el recinto, y por toda la zona pueden verse también diversas cruces celtas. Entre ellas sobresale la denominada Cruz de San Kevin, que destaca por su gran tamaño y por estar considerada una de las más antiguas de Irlanda.