Dedicada a la advocación de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel, la iglesia de madera de Mănăstirea fue construida hacia 1764. Inicialmente formó parte de un monasterio, de ahí la denominación que más adelante tomó la localidad donde está situada, que se había establecido en ese lugar a mediados del siglo XVI. Tan solo ocho años después de la construcción de la iglesia, el conjunto monástico se disolvió, pasando el templo a convertirse en una parroquia. A la manera habitual de las iglesias de madera de Maramureș, consta de una sola nave, precedida por un nártex y rematada por una estilizada torre. En ésta se conserva una campana fundida en el siglo XVII, que todavía se usa para llamar a los fieles al culto. Inicialmente, éste era exclusivamente greco-católico, pero en la actualidad el recinto se utiliza también para celebraciones ortodoxas.