Obra del escultor neozelandés Lindsay Daen, La Rogativa preside la plazoleta homónima en el Viejo San Juan desde 1971. Fue fundida en bronce para conmemorar el aniversario cuatrocientos cincuenta de la fundación de San Juan y se ha convertido en uno de los principales símbolos de la capital boricua. Hace referencia a un popular episodio, de acuerdo con el cual, durante la noche del 30 de abril de 1797, los españoles, incapaces de detener el asedio al que eran sometidos por parte de tropas británicas, sacaron en procesión las imágenes religiosas guardadas en las iglesias locales. Como era de noche, portaban velas y antorchas con el fin de iluminar el trayecto. Los británicos, al observar las luces desde la distancia, pensaron que eran refuerzos llegados para defender la población y decidieron retirarse al pensar que no podrían conquistarla.