Aproximadamente por mil doscientos setenta y cinco kilómetros cuadrados de superficie se extiende la Reserva de la Biosfera Lanzarote, declarada por la UNESCO en 1993 y que incluye la isla homónima y el archipiélago Chinijo, más un corredor marino entre ambos. Este territorio es de origen volcánico, considerablemente plano y presenta una profusión de campos de lava, a los que se conoce como malpaís, además de numerosos cráteres en el Parque Nacional de Timanfaya. Lo habitan algo más de ciento cuarenta mil habitantes, que se han adaptado a la aridez del terreno desarrollando técnicas agrícolas específicas para aprovechar hasta la última gota de las escasas precipitaciones en forma de lluvia que se producen. En 2015 fue designado por la propia UNESCO el Geoparque Lanzarote y Archipiélago Chinijo, que se extiende sobre unos dos mil quinientos kilómetros cuadrados, de los cuales la superficie terrestre es idéntica a la de la Reserva de la Biosfera antes mencionada, mientras que las zonas marinas son considerablemente más amplias. En él se localizan cerca de setenta Lugares de Interés Geológico, entre los que se encuentran algunos tan emblemáticos como los Jameos del Agua o el Charco Verde.