En el ámbito de las populares Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz, entre el primer y el tercer día de mayo se celebra en la localidad murciana de Caravaca de la Cruz el festejo conocido como Los Caballos del Vino. El origen de esta festividad se encuentra en un suceso acaecido a mediados del siglo XIII, cuando un grupo de caballeros templarios lograron burlar el sitio al que era sometida la fortaleza caravaqueña por los musulmanes portando unos pellejos de vino a lomos de sus corceles. El eje alrededor del cual gira el evento es, por consiguiente, la figura del caballo. Unas sesenta peñas caballistas exhiben sus ejemplares en diferentes puntos de la población, participando en diversos concursos que culminan con una concurrida carrera disputada cada dos de mayo en la denominada Cuesta del Castillo. Primorosamente enjaezados mediante mantos bordados en seda con incrustaciones de oro, plata y pedrería y acompañados por dos peñistas a cada lado, los caballos recorren una distancia de ochenta metros, durante la cual salvan una pendiente del catorce por ciento, en un tiempo aproximado de ocho segundos. Los Caballos del Vino obtuvieron el reconocimiento de Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO en 2020.