Hasta bien entrado el siglo XX, Saint-Tropez era un pequeño pueblo de pescadores que coexistían con militares destacados en una de sus fortalezas. A pesar de que en la década de los veinte de ese siglo fue frecuentado por modistas de renombre como Coco Chanel, no alcanzó relevancia internacional hasta ser elegido para el rodaje de Y Dios creó a la mujer en 1956. Esa película descubrió a una actriz veinteañera llamada Brigitte Bardot, que desde entonces ha estado muy ligada a la comuna, residiendo la mayor parte del tiempo en ella. Originalmente, Saint-Tropez fue fundada por foceos procedentes de la actual Marsella con el nombre de Athenopolis, posiblemente en el siglo V a.C. Su denominación actual hace referencia a San Torpes de Pisa, mártir que fue decapitado por encargo de Nerón y cuyo cuerpo, que había sido dejado en una balsa con la única compañía de un gallo y un perro, llegó a tierra firme junto a la población. Debido a la abundancia de piratas berberiscos, en cuyas manos llegó a estar la localidad desde finales del siglo IX a finales del siglo X, diversas fortificaciones, entre las que destaca la denominada Ciudadela, fueron creadas en su entorno. Actualmente, Saint-Tropez cuenta con algo menos de cuatro mil residentes, cada vez más enfocados hacia el turismo en detrimento de su antigua actividad pesquera.