Caracterizada por el empleo de la columna, el arco de medio punto y la cúpula de planta circular, la arquitectura islámica ha proporcionado innumerables muestras de refinamiento artístico desde el siglo VII hasta nuestros días. Los mejores ejemplos se distribuyen por Oriente Medio, el norte de África, el Subcontinente Indio y Asia Central, sin olvidar el territorio español, donde pueden verse algunas de las mejores muestras de esta tendencia arquitectónica. Variedades locales se han desarrollado en cada una de estas zonas, aunque todas ellas comparten el uso de arabescos, caligrafía árabe y el rol destacado que se otorga a la luz y el agua, elementos fundamentales en el Islam.
Entre las realizaciones llevadas a cabo según los conceptos fundamentales del arte islámico destacan palacios, madrasas, mausoleos, minaretes y, especialmente, mezquitas. De estas últimas hablamos en este post, por lo que no nos referiremos a ellas en éste. Tampoco consideraremos los minaretes, generalmente relacionados con las anteriores y a cuyos representantes en Asia Central les dedicamos esta entrada. En cuanto a los mausoleos, listamos nuestros favoritos aquí, aunque lo hicimos de manera general por lo que mencionaremos alguno que nos habíamos dejado en el tintero. Por consiguiente, el grueso de edificaciones que os proponemos a continuación serán palacios, con algunas madrasas y mausoleos intercalados entre ellos.
Preparaos para disfrutar de la inacabable belleza de las construcciones islámicas en este nuevo reto que compartimos con el gran bloguero Jordi Martínez Baylach. Aquí os dejamos diez de nuestras construcciones islámicas preferidas.
Alhambra (Granada, España): Para muchos la obra cumbre de la arquitectura islámica, la Alhambra es un conjunto de edificaciones construidas en su mayor parte entre los siglos XI y XIV, que incluyen una fortaleza, diversos palacios y jardines. Destacan los famosos patios de los Leones y de los Arrayanes, así como el estilismo que se demuestra en salas como la de los Mocárabes y de los Abencerrajes.
Medersa Ben Youssef (Marrakech, Marruecos): Fundada en el siglo XIV, aunque totalmente reconstruida en el siglo XVI, la madrasa o medersa Ben Youssef supone el culmen del arte islámico en Marruecos. Especialmente en torno al patio central, adonde asoman las celdas de los estudiantes, y en la sala de rezos, con una exuberante decoración vegetal. Llamativos son también los estucos y azulejos que componen el conjunto, que con una capacidad para ochocientos estudiantes era la escuela coránica de más capacidad en el país marroquí hasta su cierre en 1960.
Casa Boroujerdi (Kashan, Irán): Regalo de bodas para la futura esposa de un rico comerciante, la casa Boroujerdi fue edificada a mediados del siglo XIX en la localidad iraní de Kashan. Decorada con estuco, vidrio y espejos, está considerada una obra maestra de la arquitectura residencial persa. Incluye un patio con un estanque a la manera tradicional y a su interior se accede a través de un iwan de dos pisos.
Mausoleo de Ismail Samani (Bukhara, Uzbekistán): Dedicado a la memoria de un importante emir de la dinastía samánida, el mausoleo de Ismail Samani se construyó a caballo entre los siglos IX y X en la actual ciudad uzbeca de Bukhara. Se trata del único monumento que se ha conservado de esa época en Asia Central y sobrevivió a las hordas de Gengis Khan debido a hallarse cubierto de lodo cuando se produjo la invasión mongola. Arquitectónicamente hablando, combina elementos mazdeístas con otros islámicos, sasánidas y sogdianos.
Chehel Sotoun (Isfahán, Irán): Literalmente cuarenta columnas, Chehel Sotoun es un pabellón construido en Isfahán a mediados del siglo XVII, durante el reinado del shah Abbas II. Su funcionalidad fundamental era la de servir como sala de audiencias, además de lugar de esparcimiento en el amplio jardín adyacente. Destacan sus extraordinarias pinturas murales, que representan escenas relacionadas con la vida cotidiana de los soberanos safávidas.
Madrasa Sherdor (Samarcanda, Uzbekistán): Conocida como sher dor, literalmente adornada con leones, debido a las dos figuras de tigres que aparecen en su fachada, la madrasa Sherdor es una de las tres extraordinarias edificaciones que componen la plaza de Registán de Samarcanda. Fue construida en la primera mitad del siglo XVII, a imagen y semejanza de la ya existente madrasa de Ulugbek, que se encuentra enfrente de ella. Suele pasar desapercibida la esvástica que decora su portada, que en aquella época era un símbolo de abundancia y fertilidad.
Palacio Seif (Kuwait, Kuwait): Aunque el emirato kuwaití no pueda presumir de una vasta historia, alberga algunas edificaciones interesantes desde ese punto de vista. Posiblemente la más destacada sea el palacio Seif, construido en la primera década del siglo XX para servir como residencia de la familia del emir. En la actualidad se dedica a recepciones y para alojar a invitados, pero sigue manteniendo todo su pasado esplendor, como lo prueba la cubierta de oro puro que recubre su torre del reloj.
Mausoleo de Turabek Khanum (Región de Daşoguz, Turkmenistán): Turabek Khanum fue la esposa de Kutlug Timur, poderoso gobernante del imperio corasmio en la primera mitad del siglo XIV. Su mausoleo se encuentra en el actual Turkmenistán, en lo que fue una antigua ciudad cuyos restos son hoy día conocidos como Kunya-Urgench. Aunque su exterior está necesitado de una urgente rehabilitación, el interior de la cúpula sorprende al visitante por su belleza. Decorado con motivos vegetales y celestes, parece representar un firmamento estrellado.
Palacio de los Shirvanshah (Bakú, Azerbaiyán): Dinastía dominante en el actual territorio azerbaiyano durante el siglo XV, los Shirvanshah transfirieron la capitalidad de su imperio a Bakú tras un poderoso terremoto que desoló Şamaxı. En aquella época construyeron un fastuoso palacio que incluía diversas edificaciones dedicadas a servir como residencia a la familia del shah, así como a otras funciones. El complejo incluye una mezquita y un llamativo mausoleo dedicado a la memoria del sabio sufí Seyid Yəhya Bakuvi.
Imamzadeh Hossein (Qazvin, Irán): La ciudad iraní de Qazvin guarda joyas como el inigualable Imamzadeh Hossein. Construido a mediados del siglo XVI como lugar de peregrinación a la tumba de un hijo del octavo imam islámico, está decorado con una exuberante azulejería en la que predominan los tonos azules. El acceso principal al complejo está rodeado de seis minaretes ornamentales y sobre la tumba del finado se halla una magnífica cúpula decorada con tonos azules y amarillos. Un extraordinario lugar para finalizar nuestro recorrido.
Podéis ver las diez edificaciones islámicas elegidas por Jordi aquí.
