MunDandy

MunDandy

India

Ahmedabad (por Jorge Sánchez)

AhmedabadJorge_01

Visité el centro histórico de Ahmedabad de carambola. Mi intención era conocer el ashram de Mahatma Gandhi. La estación de tren se hallaba justo delante del casco antiguo y para acceder al ashram tuve que atravesarlo, hasta el río Sabarmati. Al otro lado del río se hallaba el ashram donde Gandhi vivió 12 años. Pero antes de llegar me recreé visitando la gran mezquita (Jama Masjid), del siglo XV. Noté que en esa ciudad, lo mismo que en ese estado (Gujarat), la mayoría de la población era musulmana, pues mientras las mezquitas estaban llenas a rebosar de fieles, en los templos hindúes había cuatro gatos.

AhmedabadJorge_02

Ahmedabad no era una ciudad especialmente atractiva comparada con otras del vecino estado de Rajastán que ya había visitado, como Jaisalmer, Pushkar, Udaipur, o el Monte Abu. La única particularidad de Ahmedabad son sus pol o conjuntos de viviendas habitadas por familias enteras, por miembros de una misma casta, una misma religión o secta, o incluso por personas que desempeñaban una misma profesión, como cofradías. Había varios pol y en el pasado tenían un portal, como si fueran fortalezas en el interior de la ciudad.

AhmedabadJorge_03

El ashram de Gandhi es hoy un museo. Había una tienda donde vendían libros de Gandhi en varios idiomas, también visité el archivo con documentos y fotografías sobre su vida y las huelgas que protagonizó para liberar a la India del yugo inglés, algunos de sus objetos personales, como sus instrumentos de trabajo manual, el templo donde rezaba, luego un salón con obras de arte donde estaba escrita la frase (en inglés) de «Mi vida es mi mensaje», los aposentos donde dormían los huéspedes ilustres, etc. Todos los visitantes de ese día eran peregrinos indios vestidos de blanco; no vi a ningún occidental. Tras la visita regresé a pie al casco antiguo para seguir visitándolo, en especial el espectacular templo de la secta hindú Kalupur Swaminarayan Mandir, una secta originaria de Gujarat. Y cuando llegó la hora abordé un tren nocturno hacia mi siguiente destino indio: la antigua isla portuguesa de Diu.

LEAVE A RESPONSE

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Quieres estar al tanto de nuestras actualizaciones? Suscríbete
Loading