A pesar de que el término colonial se aplique fundamentalmente al nuevo estilo arquitectónico surgido en las colonias españolas y portuguesas de América Latina, en mi opinión tiene un sentido mucho más amplio. Todo país, nación o estado que en cualquier momento de la Historia decidió liberarse de sus constreñimientos y extenderse más allá de sus fronteras ha dejado su huella de alguna manera en aquellos lugares donde intentó perpetuarse. Los ejemplos son numerosos, no solo por parte de los grandes estados europeos en el pasado sino también como consecuencia de rencillas vecinales que llevaron hasta la invasión de territorios cercanos.

Juzgar si estuvieron bien o mal hechos sucedidos hace siglos nunca ha sido mi propósito. Tampoco lo es tratar de justificar invasiones, o no hacerlo, porque me parece pueril y poco empática la visión paternalista de situarse en un escenario sucedido hace centenares de años aprovechando el (des)conocimiento que hemos adquirido a lo largo de los siglos. Pero no cabe duda de que aquellos estados cuasi medievales, invasores para unos, conquistadores para otros, dejaron su huella en mayor o menor medida en los territorios a los que, para bien o para mal, llegaron en el pasado.

Sin pretender entrar en disquisiciones políticas que no vienen al caso y en un nuevo reto con mi amigo viajero Jordi, aquí os dejo una docena de ciudades que, en mi opinión, presentan muestras destacadas de arquitectura colonial. Como siempre, no están todas las que son, quizás por la dificultad añadida que presenta el hecho de discriminar cual población puede considerarse colonial y cual no. Algo que, en mi supina ignorancia, aún no he llegado a conseguir.

Antigua (Guatemala): Si se hiciera una encuesta entre los expertos respecto a cuál es la población que mejor ha sabido mantener sus trazas de arquitectura colonial, probablemente la vencedora sería ésta. Reconstruida por los españoles a mediados del siglo XVI en su actual emplazamiento, bajo la protección del volcán Agua, Antigua ha sabido conservar su idiosincrasia sin ninguna duda. Prueba de ellos son las edificaciones que rodean a su Plaza Mayor o iglesias como la de La Merced, magnífico ejemplo de barroco colonial.

Manila (Filipinas): Enorme urbe, que ha crecido de manera desproporcionada desde hace unas décadas, Manila guarda todavía en su interior conceptos que dieron lugar a su desarrollo con el paso del tiempo. La mayor parte de ellos se localizan en el distrito denominado Intramuros, todo un anacronismo respecto al resto de la población. Allí puede verse su catedral, maravillosos templos como la iglesia de San Agustín e incluso fortalezas que un día debieron de presentar un aspecto poderoso, como el fuerte de Santiago.

Cartagena de Indias (Colombia): Otro de los prototipos de arquitectura colonial para muchos, Cartagena de Indias guarda numerosos secretos que conviene descubrir. Fundada por los españoles en el siglo XVI, su puerto fue quizás el más importante de América y para protegerlo se crearon impresionantes edificaciones, como el castillo de San Felipe de Barajas. Aunque Cartagena es mucho más que eso y en su interior se encuentran joyas como el convento de San Pedro Claver.

Essaouira (Marruecos): Denominada Mogador por los portugueses, Essaouira todavía conserva interesantes ejemplos de su pasado lusitano. La mayor parte de ellos se sitúan alrededor de su puerto, desde donde es posible contemplar aún buena parte de las poderosas murallas que rodeaban la ciudad. A pesar de ser dañadas por ataques franceses a mediados del siglo XIX, el aroma luso aún se percibe en muchos rincones de la ciudad.

Salvador de Bahía (Brasil): Fundada en la primera mitad del siglo XVI como São Salvador da Bahia de Todos os Santos, esta ciudad suele ser conocida simplemente como Salvador. Aunque su casco urbano forma una metrópoli de al menos tres millones de habitantes, el centro histórico suele ser mucho más manejable. Habitualmente conocido como Pelourinho, alberga numerosas muestras de arquitectura colonial entre las que destacan iglesias como la dedicada a la Orden Tercera de San Francisco.

Macao (China): Territorio portugués desde mediados del siglo XVI, Macao fue entregado a China a finales del siglo XX. Como siempre, la concesión vino precedida de polémica, en este caso relacionada con la soberanía china sobre el territorio, algo que se viene ejerciendo hasta ahora ininterrumpidamente. En su centro histórico destacan las ruinas de la iglesia de San Pablo, construida a mediados del siglo XVI y que fue conocida como el Vaticano de Oriente.

Granada (Nicaragua): Población más antigua de Nicaragua, Granada fue edificada en la segunda década del siglo XVI. Aunque existen discrepancias, se trata posiblemente de la primera ciudad fundada por europeos en la zona y desde entonces ha mantenido ininterrumpidamente su estructura. Guarda numerosos ejemplos de arquitectura colonial desde la época de su construcción.

Pretoria (Sudáfrica): Conocida popularmente como ciudad de las jacarandas, Pretoria fue fundada en la segunda mitad del siglo XIX y debe su nombre a Martinus Pretorius, que así la llamó en honor a su padre, uno de los líderes de los boers. Actualmente, mantiene diversas muestras de arquitectura colonial, entre las que destaca el Ayuntamiento o las edificaciones conocidas como Union Buildings, actual sede del parlamento sudafricano.

Willemstad (Países Bajos): Quizás la población más atractiva del Caribe, Willemstad ofrece al visitante numerosas edificaciones de aspecto colonial, especialmente en la zona cercana al puerto. La capital de Curaçao ha sabido mantener en cierto modo el ambiente que debía respirarse en ella a mediados del siglo XVII, cuando se establecieron en este lugar colonos neerlandeses tras haberle arrebatado la isla a los españoles.

Malaca (Malasia): También los neerlandeses dejaron su huella en Malaca, al igual que hicieron primero los portugueses y más tarde los británicos. Prueba de ello son edificaciones como Stadthuys, antigua residencia del Gobernador neerlandés; la Porta de Santiago, una de las entradas a una fortificación de origen luso, y el fuerte de San Juan, reutilizado por los británicos tras tomar posesión de la ciudad en la primera mitad del siglo XIX.

Suchitoto (El Salvador): Aunque esta zona salvadoreña estuvo poblada ya desde tiempos precolombinos, fueron los españoles quienes fundaron Suchitoto tal y como la conocemos en la actualidad. Ocurrió esto a mediados del siglo XVI y la ciudad mantiene diversos edificios de interés, que se localizan fundamentalmente en la Plaza Central y sus calles adyacentes.

San Juan (Puerto Rico): A comienzos de ese mismo siglo XVI, la actual San Juan era el puesto militar más importante de los españoles en el continente americano. Para defenderlo del asedio constante al que fue sometido, fundamentalmente por británicos y neerlandeses, se construyó la impresionante fortaleza de San Cristóbal, la más grande que existía en América en la época. Anterior aún fue el fuerte de San Felipe del Morro, que protegía la entrada a la bahía. Conserva también la ciudad parte de las murallas que rodeaban el Viejo San Juan, que tras cinco siglos sigue manteniendo un intenso aroma colonial en sus calles.

Podéis ver las doce ciudades coloniales elegidas por Jordi aquí.