De acuerdo con las informaciones que he podido recabar, con fecha de 2022 en España hay unas veinticuatro mil quinientas iglesias, incluyendo parroquias, monasterios, catedrales y otros santuarios. Teniendo en cuenta que en todo el país hay exactamente ocho mil ciento treinta y un municipios, si mis datos son correctos, sale una media aproximada de tres templos por cada término municipal. Por supuesto, en algunos lugares hay más edificaciones cristianas que en otros. Al parecer, la ciudad con más iglesias es Sevilla, donde existen nada menos que ciento veinticinco, que la convierten en la segunda a nivel europeo tras Roma. La siguen Madrid, con ochenta y cuatro, y Valladolid, con cincuenta y siete. Sin embargo, en términos relativos, la población con menos habitantes por templo es Antequera, que tiene treinta y tres para unos cuarenta y un mil residentes, es decir, unos mil doscientos cincuenta habitantes por iglesia. En el total de la nación, sube el número hasta casi alcanzar los dos mil.

Tan elevado número de templos resulta sorprendente para un país donde la mayoría de sus ciudadanos se declaran ateos o agnósticos en la actualidad. Como era de esperar, los hay para todos los gustos. Desde la catedral más grande del mundo, que no es otra que la sevillana catedral de Santa María de la Sede, hasta edificaciones tan diminutas como las iglesias románicas del valle del Boí. Las iglesias más antiguas de España que aún permanecen en pie están datadas en el siglo VII y entre ellas se encuentran la toledana iglesia de Santa María de Melque y la cacereña basílica de Santa Lucía del Trampal. También las tenemos modernas, aunque éstas suelen ser denostadas por los fieles españoles. Por supuesto, están representados todos los estilos arquitectónicos, desde el prerrománico al modernista. Y las hay desde muy poco concurridas, tanto que para acceder a su interior hay que solicitar la llave a algún vecino, hasta alguna que se encuentra entre las más visitadas del mundo, como es el caso del templo expiatorio de la Sagrada Familia.

Pero dejémonos de abrumar con datos y vayamos al grano. Hace unos años hablábamos sobre varias de las catedrales menos conocidas de España en este post. Es el turno ahora de las iglesias. Aquí tenéis algunas de ellas ante las que los visitantes suelen pasar de largo y es una lástima. Si me admitís un consejo, dadles una oportunidad porque os aseguro que no os van a decepcionar.

Iglesia de San Simón (Piñuécar, Comunidad de Madrid): Comenzamos con la que probablemente sea la más desconocida de todas las que siguen a continuación. Ubicada en la pequeña localidad madrileña de Piñuécar, la iglesia de San Simón fue construida en el siglo XVI. Tiene una única nave, que está cubierta por un artesonado de madera. En su interior sobresale un atractivo retablo barroco.

Iglesia de Santiago (Cáceres, Extremadura): La inmensa mayoría de los visitantes de Cáceres se centran en pasear por el interior del recinto amurallado. Por una parte, los entiendo, debido a la fascinación que ejerce ese lugar; por otra, me apena que no le den una oportunidad a la también maravillosa zona extramuros. Uno de los puntos calientes en esta última es la iglesia de Santiago, templo gótico del siglo XIV que adquirió cierto aspecto renacentista gracias a una restauración realizada por el genial Rodrigo Gil de Hontañón en el siglo XVI.

Iglesia de Santiago (Murcia, Región de Murcia): A Santiago Apóstol está también dedicada esta encantadora iglesia murciana, que suele pasar desapercibida. Y es una lástima, porque es, nada menos, que el templo más antiguo de toda la Región de Murcia. Su datación es incierta, pero la inusual posición del presbiterio y el artesonado que la recubre hacen pensar en un origen posiblemente mudéjar.

Iglesia de Santiago (Jumilla, Región de Murcia): Ya, ya sé que a Jumilla se va fundamentalmente a beber vino. Muy recomendables los vinos de esta zona, por cierto. Pero entre efluvio y efluvio conviene echarle un vistazo a un templo realmente extraordinario. La construcción de la iglesia de Santiago comenzó durante el siglo XV y se prolongó hasta el siglo XIX. Lo más antiguo del templo son la nave central y las laterales, que son acordes al gótico flamígero habitual en esa época. La portada principal es renacentista. Una portada lateral, neoclásica. Y la decoración interior recuerda al mudéjar. ¿Alguien da más?

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Labastida, País Vasco): Puesto que, según asegura una vieja cancioncilla, el vino que tiene Asunción no es blanco ni es tinto, ni tiene color, no está de más desplazarse hasta la iglesia de la Asunción de Labastida. Allí, entre los viñedos de la Rioja Alavesa, este magnífico templo, que muestra detalles renacentistas en su exterior y reminiscencias barrocas en su interior, sorprende agradablemente al visitante. En especial, un impresionante retablo barroco del siglo XVII, que te dejará sin palabras.

Iglesia del Salvador de Basarán (Municipio de Sallent de Gállego, Aragón): Jamás de los jamases hubiera soñado con encontrar un templo como éste en un lugar tan turístico como Formigal. Mi asombro fue in crescendo al comprobar que la iglesia del Salvador fue trasladada hasta allí tras el abandono de la población de Basarán, localizada en el Prepirineo. Con su doble ábside, caso único en el románico aragonés, su torre perfectamente integrada en el conjunto a pesar de ser de factura muy posterior y su encanto permanente apabulla al visitante. Y creedme que no exagero.

Iglesia de San Pedro (Escunhau, Cataluña): Si el Pirineo oscense está salpicado de encantadores templos, el leridano no se queda atrás. También románica es la iglesia parroquial de la localidad aranesa de Escunhau. Dedicada a San Pedro, fue construida entre los siglos XI y XII, aunque, tal y como sucedía en el caso anterior, el campanario es posterior. Concretamente, le fue añadido en el siglo XVII.

Iglesia de San Bartolomé (Logroño, La Rioja): Románica también lo fue en sus inicios la iglesia de San Bartolomé, aunque con el tiempo se le fueron añadiendo elementos mudéjares y góticos. Se trata del templo más antiguo de la ciudad de Logroño y en él destaca sobremanera su maravillosa portada ojival, que, a pesar de reutilizar algunas figuras románicas, es ya plenamente gótica.

Iglesia de San Mateo Apóstol (Sant Mateu, Comunidad Valenciana): Mucho más austero resulta el gótico levantino en general y la iglesia de San Mateo Apóstol en particular. Aunque se empezó a construir en época románica, y da fe de ello su portada, la nave en sí y el poderoso campanario se encuadran ya en el gótico. Como era de esperar, está dedicada al apóstol Mateo y se encuentra en la población castellonense homónima.

Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles (Chelva, Comunidad Valenciana): Fue la casualidad la que me llevó a verme situado frente a uno de los templos más curiosos que he visto en mi vida. Localizada en la población valenciana de Chelva, la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles muestra una atrayente fachada manierista, única en España. Destacan también la grandiosa cúpula y el colorido campanario barroco, muy poco usual en esa zona levantina.

Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador (Valencia de Alcántara, Extremadura): Bastante más cercana me resulta la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador de Valencia de Alcántara, lugar en el que transcurrió mi infancia. Amalgama de estilos, su interior es plenamente gótico, mientras que en la fachada predominan el renacentista y el barroco. Su imagen actual es de mediados del siglo XVIII, cuando se terminó de construir la magnífica torre-campanario.

Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora (Torres de la Alameda, Comunidad de Madrid): Para terminar, volvemos a la Comunidad de Madrid, concretamente a la pequeña población de Torres de la Alameda. Allí se encuentra la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, extraordinaria obra renacentista cuya construcción comenzó en el siglo XVI. Sobresalen la galería porticada que ocupa uno de los laterales y el estilizado campanario, rematado por un típico chapitel de estilo madrileño. Una auténtica gema que aún permanece ignota.