Templo prerrománico localizado en un barrio de la actual ciudad de Oviedo, la iglesia de San Julián de los Prados fue edificada en la primera mitad del siglo IX. Tiene planta basilical y su interior se caracteriza por su considerable amplitud que, junto a su temprana fecha de construcción, la convierten en el ejemplo más grande y más antiguo del prerrománico asturiano. Destacan especialmente sus pinturas, basadas en motivos ornamentales geométricos y florales, que se han conservado en un estado aceptable debido a que fueron grabadas en las paredes del templo antes de ser coloreadas. Resulta interesante su similitud con mosaicos romanos encontrados en las proximidades, lo que da idea de una cierta continuidad artística entre el periodo tardorromano y los inicios del medievo.