¿Producto de la erosión o menhir? Desde mi condición de auténtico profano en el tema me decantaría por la primera opción, quizás con alguna actuación humana posterior para otorgarle su sugestiva apariencia de seta o útero. Lo que parece evidente es que esta roca granítica de unos cuatro metros de altura ha ejercido una notable influencia sobre los vecinos de esta zona extremeña fronteriza con Portugal desde antiguo. Así lo atestiguaban diversos testimonios en el pasado, que aludían a su uso como método para predecir el futuro mediante el lanzamiento de piedras de pequeño tamaño a su parte alta. Se asegura también en el entorno que cada Lunes de Pascua las mozas casaderas utilizaban el mismo procedimiento para saber si iban a contraer matrimonio durante el año venidero. Coincidiría esta práctica con la que se celebraba en la más conocida Rocha dos Namorados, localizada en las inmediaciones de la población lusa de São Pedro do Corval y cuya apariencia es muy similar a esta curiosa Porra del Burro aquí descrita.