De origen sueco, Suomenlinna fue edificada a mediados del siglo XVIII al sureste de Helsinki. El propósito principal de su construcción fue el de defender la actual capital finlandesa de ataques llegados desde la vecina Rusia. Para su edificación se siguieron a pies juntillas las ideas, entonces muy en boga, del arquitecto militar francés Vauban, con la particularidad de que los cimientos no estaban situados en tierra firme sino distribuidos sobre seis islotes desiertos. El resultado fue una peculiar fortaleza en forma de estrella, situada a escasa distancia de la costa. En aquella época, el fuerte era conocido como Sveaborg, que significa castillo sueco, y tras la independencia de Finlandia en 1917 pasó a ser denominado Suomenlinna, es decir, castillo finlandés en el idioma local.