Dominada por el castillo de Santa Bárbara, que se yergue unos ciento setenta metros junto al Mediterráneo, Alicante fue, al parecer, fundada por los cartagineses en el siglo III a.C. Los griegos la denominaron Akra Leuké y los romanos Lucentum, mientras que para los árabes era Laqant, que dio origen a su actual denominación. Poco queda de aquellas épocas y el conjunto monumental de la ciudad que conocemos hoy empezó a desarrollarse a partir del siglo XIV. Fue entonces cuando se construyó la basílica de Santa María, templo más antiguo de la ciudad. La primera versión del castillo de Santa Bárbara parece ser anterior, aunque tal y como lo vemos ahora es también de esa época y posterior. A partir del siglo XV empezaron a construirse numerosas torres defensivas como protección contra los piratas, de las que quedan una veintena en la actualidad. Destacan también la concatedral de San Nicolás de Bari, la casa de la Asegurada, construcción civil más antigua de la localidad, y el Ayuntamiento, edificado en el siglo XVIII. Respecto a éste, hay que mencionar que se encuentra justo al nivel del mar y sirve como referencia para la medición de la altitud en cualquier punto de España. Hay que mencionar también la gastronomía alicantina, que se adapta fielmente a los preceptos de la dieta mediterránea.