De los diez días que pasé en la isla de Palawan, dos los empleé en visitar el Parque Nacional del río subterráneo de Puerto Princesa (Patrimonio Mundial de UNESCO) y los otros ocho descansé en las playas de El Nido.

Cada día por la playa pasaban muchachas ofreciendo excursiones que llamaban Island Hopping y consistían en llevarte a un archipiélago vecino con islas rocosas deshabitadas y con exuberante naturaleza. La comida a orilla de la playa, tipo picnic, estaba incluida. Como el precio no era muy caro me apunté a dos de ellas en los días siguientes. Los compañeros de la barca eran de Australia, de Estados Unidos, y de diversos países de Europa, incluyendo una pareja con dos niños que venían de Polonia.

No me defraudaron ninguna de las dos excursiones, que me recordaron a las de Halong Bay, en Vietnam. Una hizo escala en un islote donde aún había ruinas de una iglesia y monasterio fundados en los tiempos de los españoles. Entramos en playas ocultas nadando a través de un túnel por una gruta y nos bañamos en playas paradisíacas, avistamos numerosas aves y peces exóticos, teníamos tiempo para pasear, descubrir los islotes y practicar buceo… fue una delicia.