Me da cierto reparo escribir sobre el megalitismo en el Alentejo porque tan solo conozco una muy pequeña parte de una herencia tan vasta como la dejada en la zona por sus antepasados. Para hacerse una idea de su inmensidad, basta con aportar algunos datos. El Alentejo, término derivado del portugués além do Tejo, que se traduce como más allá del Tajo, es una región lusitana limítrofe con las provincias españolas de Cáceres, Badajoz y Huelva. En sus poco más de treinta mil kilómetros cuadrados, unas tres cuartas partes de la superficie de Extremadura, se ha hallado hasta la fecha un número de megalitos que supera de largo los dos millares. Tan solo en el distrito de Évora han sido localizados unos ochocientos dólmenes, más de cien menhires aislados, más de una decena de cromlechs y unos cuatrocientos cincuenta castros.
Si la cantidad de sus hallazgos sitúa al Alentejo, junto con Bretaña, a la cabeza del megalitismo europeo, por no decir mundial, en calidad no se queda atrás. Entre innumerables sitios megalíticos en excelente estado de conservación, allí se encuentran el dolmen más grande de Portugal, el menhir más alto de la Península Ibérica y uno de los cromlechs más enigmáticos y mejor preservados del mundo. Ante tal demostración de poderío, no puedo dejar de preguntarme como tan extraordinario patrimonio no se encuentra aún amparado por la UNESCO bajo alguna de sus figuras de protección. Condiciones es evidente que no le faltan.
Pero dejemos de especular y volvamos a la realidad cotidiana. Aquí tenéis diez valiosas muestras de ese megalitismo tan característico del Alentejo. No son demasiadas, aunque creo que representan suficientemente bien a un legado extraordinario. Esperemos que en el futuro sea posible ampliarlas con algunos destellos más.
Anta Grande do Zambujeiro: Con permiso del grandioso dolmen de Menga, cuya funcionalidad real está aún por determinar, el denominado Anta Grande do Zambujeiro, traducido Gran Dolmen del Acebuche, es el más voluminoso de la Península Ibérica. Está localizado cerca de la población de Valverde, en la freguesia de Nossa Senhora da Tourega e Nossa Senhora de Guadalupe, municipio y distrito de Évora, y sus ortostatos llegan a los ocho metros de altura. El recinto completo del monumento alcanza los cincuenta metros de diámetro.
Menhir de Meada: Del de madeja, que es lo que significa su denominación, sí que no cabe duda de que es el menhir más alto de la Península Ibérica. Se encuentra cerca de la aldea de Meada, que forma parte de la freguesia de Nossa Senhora da Graça de Póvoa e Meadas, incluida en el municipio de Castelo de Vide, perteneciente a su vez al distrito de Portalegre. Se eleva más de siete metros, pesa unas veinte toneladas y es muy posible que formara parte de un alineamiento de menhires que serían visibles desde la distancia.
Dolmen-capilla de São Dinis: Pavia es una freguesia lusa del municipio de Mora, distrito de Évora, que seguramente pasaría desapercibida si no fuera por un curioso ejemplo de cristianización. Un dolmen con siete ortostatos de tamaño considerable fue reconvertido en capilla ya en el siglo XVII. Está situado en la plaza del pueblo y sigue manteniendo el culto dedicado a la advocación de San Dionisio.
Menhir de Almendres: Cerca de cuatro metros de altura y unas doce toneladas de peso se le atribuyen al menhir de Almendres, caracterizado por su forma fálica. Se ubica junto a la aldea de Nossa Senhora de Guadalupe, integrante de la freguesia de Nossa Senhora da Tourega e Nossa Senhora de Guadalupe, municipio y distrito de Évora, y fue descubierto hace algo más de medio siglo por un investigador luso. En su parte superior muestra un grabado representando un báculo o cayado pastoral.
Castro da Crença: Entre tres mil quinientos y cuatro mil años, a finales de la Edad del Bronce, se le suponen al castro da Crença. Está situado en las inmediaciones de la localidad de Galegos, que pertenece a la freguesia de Santa Maria de Marvão, municipio de Marvão, distrito de Portalegre, apenas a unos centenares de metros de la frontera española. Excavaciones realizadas indican que fue abandonado hace unos dos milenios por causas desconocidas.
Menhir de Bulhoa: También conocido como menhir de Abelhoa, el menhir de Bulhoa se localiza en la freguesia de Monsaraz, dentro del municipio de Reguengos de Monsaraz, distrito de Évora. Mide unos cuatro metros de altura y está datado hacia finales del Neolítico o ya en el Calcolítico, hace unos cinco mil años. Fue hallado aproximadamente medio siglo atrás y estaba partido en dos, encontrándose su base reutilizada como peso en un lagar cercano, por lo que hubo de ser restaurado antes de ser devuelto a su posición original.
Dolmen-capilla de São Brissos: Otro interesante ejemplo de cristianización es el dolmen-capilla de São Brissos. Está ubicado cerca de la aldea homónima, en la freguesia de Santiago do Escoural, municipio de Montemor-o-Novo, distrito de Évora. Como en el caso del dolmen-capilla de São Dinis, la capilla fue construida en el siglo XVII y en su caso está dedicada a Nossa Senhora do Livramento. Conserva tres de los ortostatos originales, así como parte de la cubierta.
Menhir de Outeiro: Debido a su estilizado diseño, el menhir de Outeiro es conocido en Portugal como penedo comprido, es decir, piedra larga. Se acerca a los seis metros, siendo el segundo más alto en territorio lusitano, y pesa unas ocho toneladas. Se halla junto al camino que une las aldeas de Outeiro y Barrada, dentro de la freguesia de Monsaraz, municipio de Reguengos de Monsaraz, distrito de Évora. Para acentuar su carácter fálico, cuando fue diseñado se le añadió una cazoleta en su parte superior simulando una uretra.
Dolmen de Melriça: Da idea de la importancia del anta de Melriça, literalmente dolmen del mirlo, el hecho de haber sido declarado Monumento Nacional de Portugal ya en 1910. Tiene una cámara poligonal de unos cuatro metros de diámetro, rodeada por siete ortostatos graníticos de los que tan solo cuatro se conservan íntegros y superan los tres metros de altura. Mantiene la cubierta en perfecto estado y no existen trazas de corredor. Está situado en la freguesia de Santiago Maior, dentro del municipio de Castelo de Vide, en el distrito de Portalegre.
Crómlech de Almendres: Y terminamos con la que es, sin duda, la joya de la corona no solo del megalitismo alentejano sino también del portugués. Compuesto por unos noventa y cinco menhires que forman tres estructuras circulares y una elíptica, su significado real se desconoce. Para verlo hay que ir a la freguesia de Nossa Senhora da Tourega e Nossa Senhora de Guadalupe, incluida en el municipio y el distrito de Évora. Allí, aproximadamente a un kilómetro y medio del anteriormente descrito menhir de Almendres, este lugar mágico se muestra en plenitud a todo aquel que se acerque hasta él para admirarlo.
