La actual ordenación provincial española fue realizada durante la primera mitad del siglo XIX, concretamente en 1833. Reinaba entonces la más tarde casquivana Isabel II, aunque debido a su minoría de edad lo hacía bajo la regencia de su madre, María Cristina de Borbón. Como Secretario de Estado actuaba el político Javier de Burgos, a quien fue encargada la división civil del territorio español. El también periodista y dramaturgo impulsó la creación de un Estado dividido en cuarenta y nueve provincias, con la única diferencia respecto a la fragmentación actual de Canarias, que constituía una provincia única en lugar de las dos que componen las Islas Afortunadas actualmente.

Con el paso del tiempo, el mapa de España sufrió ligeros cambios, referidos generalmente a la configuración regional más que a la provincial. Respecto a ésta, la variación más importante se produjo en 1927, cuando la provincia de Canarias fue dividida en las dos actuales, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife concretamente. Algunos municipios cambiaron de una provincia a otra, como fue el caso de Villena, que pasó de Albacete a Alicante o de Aranjuez, que lo hizo de Toledo a Madrid. También hubo algún cambio parcial de capitalidad, como en el caso de Guipúzcoa, que durante una década tuvo su capital en Tolosa.

Precisamente de provincias españolas vamos a hablar en este nuevo reto con el experto viajero y bloguero Jordi Martínez Baylach. Esta vez se trata de listar nuestras capitales de provincia favoritas en un orden determinado y particularmente me he decantado por el inverso. Si en los cuarenta y seis retos anteriores me ha costado decidirme, en éste diría que el proceso ha sido un suplicio, porque las cincuenta ciudades que actualmente ejercen la capitalidad provincial en España tienen mucho que ofrecer. Y, al contrario que en anteriores listados de favoritos, esta vez sé de lo que hablo porque las he visitado todas. Aquí tenéis mis once elegidas, sin desmerecer en absoluto a las treinta y nueve restantes.

11. Ávila: Localizada a una altitud superior a los mil cien metros, Ávila es la capital de provincia española líder en ese aspecto. También lo es en cuanto a muralla mejor conservada, aunque en este caso mantiene una dura pugna con la ciudad de Lugo. Ofrece un casco histórico en excelente estado de conservación, en el que destacan una veintena de templos de enorme interés. Buenas muestras de arquitectura civil completan el conjunto.

10. San Sebastián: Ubicada en una bahía perfecta, bordeada por una de las playas más bonitas de Europa, la también conocida como Donostia es una ciudad deliciosa. A pesar de no contar con edificaciones que sobresalgan por su monumentalidad, mantiene una estructura urbana coherente y poco recargada, libre de desmanes arquitectónicos y carente por completo de excesos. Una población para visitar y recordar.

9. Sevilla: Demasiado grande y a veces un tanto excesiva, Sevilla no me parecía en principio una buena candidata para estar presente en esta lista. Sin embargo, el encanto de su centro histórico está fuera de toda duda y edificaciones como la Giralda, el famoso campanario de su catedral, y la Torre del Oro me convencieron para incluirla. Sin olvidar los Reales Alcázares, en mi opinión una de las construcciones más extraordinarias que pueden verse en España.

8. Zamora: Si hay una ciudad española que me haya sorprendido para bien, ésa es Zamora. Localizada a orillas del río Duero, suele pasar desapercibida a pesar de contar nada menos que con veintitrés iglesias románicas distribuidas en su término municipal. A ellas se les unen las numerosas edificaciones modernistas construidas en un centro histórico donde se percibe un indudable aroma al pasado. Zamora no decepciona jamás a quienes se interesan por ella.

7. Granada: Cuando alguien menciona la palabra granada, lo primero que suele venir a la mente es la Alhambra. Sin duda, ésta es una construcción grandiosa, única en su género, pero Granada es mucho más que eso. Palacios y jardines como el del Generalife, iglesias, monasterios, una más que atrayente catedral, junto a barrios de otras épocas como el Albaicín y el Sacromonte convierten a la ciudad granadina en la capital española quizás más apreciada entre sus numerosos visitantes. Por algo será.

6. León: Tres edificaciones sublimes convierten a León en una ciudad tan histórica como atractiva. La románica Basílica de San Isidoro, la gótica Catedral de Santa María y la fachada plateresca del Convento de San Marcos resultan un trío de ases difíciles de superar para cualquier contrincante. Una de las plazas mayores más bellas de España, la modernista Casa Botines y diversas iglesias y palacios completan un conjunto monumental envidiable.

5. Córdoba: Sin desmerecer para nada a las otras siete, entre las capitales andaluzas mi favorita es Córdoba. No solo por su soberbia mezquita, que también, sino por otros numerosos puntos de interés, entre los que hay que mencionar el Alcázar, la calleja de las Flores y las plazas de la Corredera y del Potro. Y, sobre todo, por haber sabido aguantar el paso del tiempo y ofrecerse al visitante actual tal y como lo hacía al del siglo X, cuando era la ciudad más poblada del mundo. Ahí queda eso.

4. Salamanca: Salvando las distancias con la ciudad cordobesa, Salamanca también puede presumir de un considerable bagaje histórico. Dispone de un casco antiguo cohesionado y bien cuidado, en el que destacan el romano puente sobre el río Tormes, la renacentista Casa de las Conchas, las platerescas fachadas de la catedral y la Universidad, además de esa barroca Plaza Mayor de la que sus ciudadanos se sienten tan orgullosos. Por no hablar de ese inolvidable ambiente universitario que se vive en sus calles.

3. Toledo: Tampoco Toledo se queda atrás en cuanto a su vasta Historia, precisamente. Historia con mayúsculas, no en vano fue capital del reino visigodo de la Península Ibérica primero y capital de España más adelante. Población elegida por El Greco para desarrollar su arte, los monumentos en la ciudad toledana son casi incontables y resulta una tarea ardua destacar tan solo algunos de ellos. Además de dar una vuelta por la plaza de Zocodover, el visitante debería visitar algunas de las excelentes colecciones museísticas que se exhiben en la población, varias de ellas dedicadas a la figura del genio cretense.

2. Segovia: La capital segoviana cumple todos los requisitos para ser una de mis ciudades preferidas. Pequeño tamaño, acusada monumentalidad, enfoque histórico, coherencia arquitectónica, demostrada austeridad, exquisita gastronomía. Si a esto le añadimos que cuenta con un patrimonio excepcional, en el que sobresale su famoso acueducto, sin duda una de las edificaciones más impresionantes del mundo, resulta sencillo deducir que Segovia estaba destinada a ocupar una de las primeras posiciones de esta lista.

1. Cáceres: A las razones anteriormente expuestas para Segovia se unen otras sentimentales para situar a Cáceres en la primera posición entre mis capitales de provincia españolas favoritas. Méritos no le faltan además, pues hasta el Consejo de Europa la declaró Tercer Conjunto Monumental en el continente europeo hace medio siglo. Si no lo creéis, dad una vuelta por el centro histórico, al que los cacereños llamamos parte antigua, a la caída de la tarde y os convenceréis por vosotros mismos.

Podéis ver las once capitales de provincia españolas elegidas por Jordi aquí.