No se entendería la localidad transilvana de Hărman sin su iglesia fortificada, que ocupa un lugar preeminente en el caserío. Como sucede en otras poblaciones de la zona, se tiene constancia de la villa desde la primera mitad del siglo XIII, cuando una fortificación fue construida en este emplazamiento por parte, presuntamente, de los caballeros de la Orden Teutónica. El templo que ocupa el centro de este espacio fue posiblemente construido también en esa época, aunque fue sometido a una reestructuración importante en el siglo XV. Está rodeado de una muralla, levantada asimismo en el siglo XV, que alcanza doce metros de altura en algunos puntos y está reforzada con diversos torreones, uno de los cuales sirve como acceso al interior del recinto. Hărman cuenta en la actualidad con algo más de cuatro mil quinientos habitantes, en su inmensa mayoría de origen rumano aunque se mantienen diversas minorías.