Con una extensión aproximada de veinte hectáreas, Cișmigiu es el parque urbano más antiguo de Bucarest. Fue inaugurado a mediados del siglo XIX, tras su creación en un lugar que previamente había sido un lago y donde existían dos fuentes que abastecían de agua a la población. De ahí su denominación, que hace referencia a quien se hacía cargo del mantenimiento de los hontanares y puede traducirse como el encargado de las fuentes. Con el paso del tiempo fueron añadiéndosele diferentes especies arbóreas, así como un pabellón de música y otros elementos. El alumbrado llegó a finales del siglo XIX y tras la Primera Guerra Mundial se levantó un monumento en honor a los soldados franceses que batallaron y murieron en Rumanía. En la actualidad, el agua sigue ocupando un espacio preferente en este lugar y existen diferentes manantiales, uno de ellos dedicado al poeta Mihai Eminescu, canales y un pequeño lago perfectamente integrados en el entorno. En la rotonda conocida como Rondul Român pueden verse las estatuas de doce grandes escritores rumanos, entre los que se encuentra el propio Eminescu.