A pesar de la cursilada que me ha salido como título para este post, el patrimonio histórico-artístico español luce tanto que suele ser considerado uno de los más importantes del mundo entre los expertos en la materia. Al menos eso es lo que se deduce de datos como los que aseguran que España es el tercer país con mayor número de bienes declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en la actualidad. Acumula también el territorio español monumentos que se encuentran entre los más valorados y visitados a nivel europeo y mundial, junto a muchos otros lamentablemente poco conocidos pero que no desmerecen a los anteriores, como podéis comprobar aquí.

Pero, sin que sirva de precedente, no va a ser de edificaciones desconocidas sobre lo que vamos a hablar en esta ocasión. En este nuevo reto junto al gran viajero y bloguero Jordi Martínez Baylach, intentaremos describir los diez monumentos que consideramos más relevantes en España. Ya la simple mención a la relevancia de una construcción me provoca innumerables dudas sobre los aspectos considerados para definirla como tal. ¿Resulta más importante una construcción por el hecho de atraer más visitantes que otra? ¿Por su antigüedad? ¿Por su más avanzado diseño? ¿Por el hecho de ser unánimemente destacada como tal? ¿Por la opinión de los expertos?

Creedme que estoy ya finalizando esta introducción y todavía no he conseguido ponerme de acuerdo conmigo mismo acerca de las edificaciones que deberían aparecer a continuación. La oferta es variada, generosa y atractiva, por lo que la decisión no resulta sencilla en absoluto. A riesgo de arrepentirme, haré una propuesta con la vana esperanza de intentar no reconsiderar mi elección posteriormente. Deseadme suerte, allá vamos.

Mezquita-catedral de Córdoba: Resulta muy difícil escribir sobre un monumento del que ya se ha dicho todo, como es el caso de esta extraordinaria edificación. Construida a finales del siglo VIII, fue la segunda mezquita más grande del mundo tras la Mezquita al-Haram de La Meca, siendo tan solo superada por la Mezquita Azul de Estambul nueve siglos después. Desde mediados del siglo XIII está consagrada como catedral y hubo de ser el propio monarca Carlos I quien la salvó de su destrucción completa cuando en la primera mitad del siglo XVI se instaló una basílica renacentista en su interior.

Edificio Guggenheim de Bilbao: Completamente diferente a la anterior, el Guggenheim ocupa un lugar preferente junto a la ría del Nervión desde finales del siglo XX. Obra deconstructivista del arquitecto canadiense Frank O. Gehry, muestra una imagen atrayente y rompedora, habiéndose convertido en el estandarte de la ciudad bilbaína desde su inauguración. Su superficie total se acerca a los veinticinco mil metros cuadrados, de los cuales unos once mil están dedicados a exposiciones, constituyendo el museo más grande de España.

Crédito: rubns28

Catedral de Burgos: Entre las grandes catedrales españolas, la de Burgos desempeña un papel preponderante. Los trabajos de construcción se iniciaron en la primera mitad del siglo XIII, a imagen de los templos góticos franceses, muy en boga por entonces. Sus famosas agujas y el cimborrio son posteriores, obra del afamado arquitecto Juan de Colonia, pionero en el desarrollo del gótico flamígero. Se trata de la única catedral española que está declarada Patrimonio Mundial de manera independiente.

Puente de Alcántara: El patrimonio extremeño es tan rico que varios de sus componentes podrían haber formado parte de esta lista sin problemas. Nos decantamos por un monumento no tan conocido como se debería, que en cualquier país que no fuera España estaría considerado una de las obras arquitectónicas más relevantes del mundo. Erigido a comienzos del siglo II, el puente de Alcántara durará lo que dure el mundo, como afirmó su creador, Gaius Julius Lacer.

Sagrada Familia de Barcelona: Probablemente pocos expertos dudarán de que Antoni Gaudí fue uno de los arquitectos más importantes que ha dado la humanidad. Tampoco hay muchas dudas de que su obra cumbre, y con toda seguridad la que más quebraderos de cabeza le dio, fue el denominado Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Trabajó en ella durante más de cuatro décadas, los últimos quince años de su vida sin interrupciones. Cuando falleció en 1926, al menos pudo ver concluidos la cripta, el ábside y la extraordinaria fachada de la Natividad.

Acueducto de Segovia: Si el puente de Alcántara es una excepcional obra de ingeniería civil, el acueducto de Segovia no se queda atrás. Coetáneo del anterior, puesto que también está datado a comienzos del siglo II, la espectacular imagen de la arquería que se eleva casi treinta metros en la plaza del Azoguejo ha acompañado a los segovianos desde siempre. Está compuesta por un total de ciento sesenta y siete arcos formados por sillares de granito que se unen entre ellos sin argamasa, como si de un gigantesco puzzle se tratase.

Catedral de Santiago de Compostela: Seguramente la catedral de Santiago de Compostela no posea la grandiosidad de su homónima de Burgos, pero hay dos factores que me llevan a incluirla en esta lista. Uno es el maravilloso grupo escultórico existente en el denominado Pórtico de la Gloria. Otro, el hecho de ser el destino final del Camino de Santiago, quizás la ruta de peregrinación más importante del mundo. Creado a partir de la segunda mitad del siglo XI, este templo ha evolucionado mucho con el paso del tiempo y en la actualidad ofrece una imagen que sus impulsores no podían imaginar entonces.

Giralda de Sevilla: La catedral de Sevilla ya sobresale de por sí, entre otras razones por ser el tercer templo cristiano más grande del mundo. Pero su campanario, la famosa Giralda, lo hace aún más. Antiguo minarete de la mezquita aljama local, en el siglo XVI le fue añadido un tercer tramo con el fin de albergar las campanas de la catedral. Supera los ciento dos metros, altura que incluye la escultura popularmente conocida como Giraldillo, situada en su parte superior. Durante varios siglos fue la estructura más alta de España y ha servido como modelo para numerosas torres levantadas con posterioridad.

Monasterio de El Escorial: Grandiosidad es el término que suele venir a la mente cuando se está ante la imponente figura del monasterio de El Escorial. Popularmente conocido como la octava maravilla del mundo, en realidad es un complejo que incluye, además del monasterio en sí, un palacio, un panteón real y una basílica. Fue edificado en la segunda mitad del siglo XVI a instancias del monarca Felipe II, que lo ideó para conmemorar su victoria en la batalla de San Quintín contra los franceses.

Alhambra de Granada: Mucho más que un simple monumento, la Alhambra es probablemente la obra cumbre de la arquitectura islámica. Inicialmente sede de la corte nazarí, su construcción comenzó a finales del siglo XIII y se prolongó en el tiempo, sucediéndose las nuevas edificaciones en el recinto hasta la segunda mitad del siglo XVI. Residencia de diversos emires andalusíes y monarcas castellanos, todos ellos fueron dejando su impronta hasta consolidar un conglomerado único e irrepetible, a la altura de las más grandes obras de arte que ha producido la humanidad.

Podéis ver los diez monumentos elegidos por Jordi aquí.