A comienzos de la década de los setenta del siglo XX, la ciudad iraní de Ramsar fue escenario de una conferencia internacional en la que se sentaron las bases para la protección de los humedales en el mundo. En ella se incidió sobre la importancia de proteger las zonas húmedas del planeta, especialmente por su papel como hábitat de las aves acuáticas. Al tratado resultante se le denominó Convenio de Ramsar y entró en vigor en 1975. En la actualidad, un total de ciento setenta y dos partes contratantes, es decir, países y territorios, han firmado el convenio. Entre ellas se encuentra España, que lo hizo en 1981.
Aquella reunión primigenia sirvió para identificar numerosos humedales que fueron incluidos en lo que se denominó Lista de Humedales de Importancia Internacional. La lista fue creciendo con el paso de los años y con fecha de 2023 cuenta con 2.503 elementos, que se extienden sobre 2.571.823,78 kilómetros cuadrados. El estado que más humedales aporta es el Reino Unido, con doscientos uno, seguido por México con ciento cuarenta y cuatro. Luego están China con ochenta y dos, España con setenta y seis e India con setenta y cinco. Los representantes españoles se localizan en las diecisiete Comunidades Autónomas y están distribuidos sobre una superficie de 3.130,89 kilómetros cuadrados.
Si sois aficionados a la observación de aves acuáticas, estáis en el sitio correcto. Aquí tenéis una docena de nuestros sitios Ramsar favoritos, seis de ellos localizados en España y los otros seis en el resto del mundo. Si algún día los visitáis, seguro que no os van a decepcionar.
Mar Menor (España): La laguna litoral conocida como Mar Menor está situada al noreste de la Región de Murcia y tiene unos ciento treinta y cinco kilómetros cuadrados de superficie. En su territorio se aprecian diferentes ecosistemas, entre los que sobresalen las dunas, las encañizadas, los carrizales y las salinas. Diversas especies de aves acuáticas pueden avistarse en este lugar, entre ellas la gaviota patiamarilla, el somormujo lavanco, el cormorán grande y el emblemático flamenco rosa.
Simpson Bay Lagoon (Saint Martin): Conocida en francés como Grand Étang de Simsonbaai, Simpson Bay Lagoon es una de las lagunas litorales más amplias del Caribe. La línea divisoria entre los territorios de Saint Martin y Sint Maarten, esto es, entre Francia y los Países Bajos, pasa por el centro de la laguna, dividiéndola en dos mitades casi simétricas. El sitio Ramsar corresponde solo a la zona francesa y en él abundan los manglares. Aves acuáticas como el pelícano pardo anidan en su entorno.
Lagunas de Ruidera (España): Sistema lacustre de enorme valor, las denominadas Lagunas de Ruidera se componen de quince lagunas fluviales comunicadas unas con otras mediante rápidos, pequeñas cascadas o saltos de agua. Están situadas en la provincia castellanomanchega de Ciudad Real, excepto una de ellas, que pertenece a la provincia de Albacete, y conforman el hábitat de numerosas especies de aves acuáticas. Entre ellas hay que mencionar al somormujo lavanco, el zampullín chico o el pato colorado, nidificantes habituales en la zona.
Lago Issyk-Kul (Kirguistán): Con una superficie algo superior a los seis mil doscientos kilómetros cuadrados, el lago Issyk-Kul es el vigésimo noveno por extensión de los existentes en el mundo. Su salinidad es escasa y tiene una profundidad aproximada de setecientos metros, con lo que raramente se hiela a pesar de estar situado a una altura considerable. Presenta una acusada biodiversidad, con diversos endemismos en forma de peces y una abundante presencia de aves acuáticas.
Crédito: Manucala
Marismas del Odiel (España): El río Odiel no destaca por su longitud ni por su caudal, pero sí lo hace por la biodiversidad que acumula en sus orillas. Cercano a su desembocadura forma un estuario en el que se combinan arenales con zonas húmedas, desarrollándose una vegetación palustre. Numerosas especies de aves acuáticas resultan atraídas por este hábitat, especialmente en invierno. Sobresale la espátula, que en él tiene la colonia más prolífica de Europa.
Sian Ka’an (México): Volvemos a América, concretamente a la península mexicana del Yucatán. Sian Ka’an es un amplio espacio natural que se extiende a lo largo de la costa del Caribe. Entre los ecosistemas presentes en la zona destacan los manglares y los petenes, que es como localmente se conoce a pequeños bosques que se crean en las zonas húmedas. La fauna es abundante e incluye un amplio rango de especies de aves acuáticas, entre las que hay que mencionar el pelícano pardo, el cormorán negro y el flamenco rojo.
La Albufera (España): Hablábamos antes de la laguna litoral conocida como Mar Menor. En la misma costa mediterránea de la Península Ibérica se encuentra La Albufera, localizada a escasos kilómetros de la ciudad de Valencia. Su superficie es de unos veinticuatro kilómetros cuadrados y la presencia de aves acuáticas en ella es muy numerosa. Sobresalen especies como la garza real, el pato colorado o el extraño pato cuchara, que supera los veinte mil ejemplares.
Srebrna (Bulgaria): Interesante y poco conocido espacio natural, Srebrna se localiza al norte de Bulgaria, tan solo a dos kilómetros de distancia del río Danubio. Está formado por el lago homónimo y sus alrededores, con una superficie total algo superior a los cinco kilómetros cuadrados. Debido a su situación en una importante vía migratoria entre Europa y África, la presencia de aves acuáticas es considerable. Aproximadamente ciento ochenta especies de ellas anidan en este pequeño territorio, destacando algunas tan emblemáticas como el ibis, el cisne o el raro pelícano ceñudo.
Crédito: GRID-Arendal
Doñana (España): No lejos de las marismas del Odiel a las que nos referíamos anteriormente, Doñana es uno de los humedales más valiosos de Europa. Aunque, en realidad, es mucho más que una zona húmeda debido a su diversidad de ecosistemas. Más de trescientas especies de aves se dan cita cada invierno en sus marismas, superando cada año los trescientos mil individuos. Entre las nidificantes, abundan el flamenco rosa y la malvasía. Lamentablemente, el deterioro de su biodiversidad en los últimos tiempos es preocupante debido a la mala gestión del agua en el entorno.
Laguna de La Restinga (Venezuela): Junto a Brasil, Costa Rica y algún otro, Venezuela es uno de los países más biodiversos del mundo. Por consiguiente, algo debe tener la pequeña laguna litoral de La Restinga para estar declarada Parque Nacional venezolano. Con una superficie aproximada de veintiséis kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de apenas dos metros y medio, La Restinga es hogar de especies de aves acuáticas tan vistosas como el ibis escarlata o la fragata, que se sienten protegidas entre los manglares que rodean la laguna.
Tablas de Daimiel (España): Si el equilibrio de Doñana es frágil, el de las fabulosas Tablas de Daimiel lo es más aún. Situadas en la provincia manchega de Ciudad Real, no lejos de las anteriormente mencionadas Lagunas de Ruidera, están formadas por varios lagos diminutos producto del desborde de los ríos Guadiana y Cigüela. Su superficie es de unos treinta kilómetros cuadrados y entre sus habitantes más ilustres se encuentran la garza imperial, el ánade rabudo y el pato cuchara.
Delta del Danubio (Rumanía): Nada menos que veintitrés ecosistemas se suceden en el delta del Danubio, uno de los espacios naturales más valiosos del mundo. Formado por los materiales que arrastra el río que le da nombre, tiene una superficie superior a los cuatro mil kilómetros cuadrados y sirve como hábitat para cerca de cuatrocientas especies de aves. Listarlas todas sería interminable, así que nos limitaremos a mencionar al pelícano común, que en los humedales del delta tiene su principal área de cría en todo el mundo.
